Lunes 9 de enero. Nueva reunión entre los técnicos y abogados que representan a los diferentes quintos de regantes de la Cacera de Navalcaz. En el orden del día, consensuar una alegación frente al inicio de expediente de retirada de la concesión por parte de la Confederación Hidrográfica del Duero. Son 393 litros por segundo en juego, un tercio del caudal medio del Eresma a su salida del Pontón, que peligran a tenor de la ofensiva lanzada por la CHD, para en aplicación de las medidas de emergencia por la sequía, reordenar y recuperar llegado el caso las concesiones históricas.
No pudo ser y, a la hora de la verdad, cada quinto alegará por su cuenta. Los estatutos de esta secular comunidad de regantes establecen que los acuerdos deben ser por unanimidad, y nuevamente se puso de manifiesto las diferencias entre los quintos sobre la modificación estatutaria que amplíe los usos de abastecimiento frente a los de regadío. Esta vez fue el quinto de Hontoria (Juarrillos) el que se opuso al borrador de alegación presentado por el Alcalde Cartas, en esta ocasión, el alcalde de Palazuelos de Eresma, Jesús Nieto. En la alegación se hacía constar expresamente que se pretendía ampliar el caudal de abastecimiento, “manteniendo el uso exclusivamente de riego de los quintos de Aldeanueva, Juarrillos y el Cristo del Mercado, y trasladar parte del caudal del Quinto de Palazuelos al uso de abastecimiento en detrimento del uso de riego”.
La representante del Ayuntamiento de Segovia en la reunión, Paloma Maroto, explicó que “ahora lo importante es no perder la concesión. Sobre la nueva distribución de usos habrá que debatirlo luego, aunque tampoco se puede pretender ignorar la cosa. Los tiempos han cambiado. Pero lo esencial ahora es no perder la concesión”.
Medio centenar de alegaciones
Cacera de Navalcaz, en La Granja.
En eso están todos de acuerdo, no en la forma de alegar a la pretensión de la CHD. Así, a la alegación presentada por Palazuelos hay que sumar otro medio centenar, básicamente la misma personalizada, firmadas por otros tantos propietarios de suelo regado por la concesión y que apuntan a la arbitrariedad de la decisión de la CHD. Entre otros aspectos se alega la inexistencia de un padrón actualizado de beneficiados, la inexistencia de expedientes sancionadores así como el deterioro del paisaje que supondrá la rerversión de la concesión. “La existencia de esta cacera es de 1512 por lo que no se puede consentir que se extinga un derecho concesional tanto para sus regantes, como para los ecosistemas que viven del fluir de sus aguas. Las medidas urgentes que se están desarrollando, en relación al decreto de sequía, no pueden ser utilizadas para desencandenar una abusiva y continua agresión al medio ambiente, con la construcción de urbanizaciones no sostenibles y grandes infraestructuras con gestiones privadas de agua, haciendo una mercantilización de este bien común”, reza uno de los puntos de la alegación.
Las culpas, de La Granja
Otro propietario, Ignacio Tapia, añade a estos puntos el problema de escasez estival que registra la cacera y que, a su juicio, tiene por causa la sobrexplotación de la cuenca de aportación por parte de La Granja y Patrimonio Nacional. “Debemos significar que la pretensión de la Diputación de Segovia (que explota el Quinto de Quitapesares) y el Ayuntamiento de Palazuelos de reconvertir sus derechos de agua de riego en abastecimiento urbano es absolutamente inviable, pues dicha cacera en el periodo de estiaje apenas lleva un hilo de agua que se utiliza para abrevar el ganado. Esto se fundament en que el río Eresma, en el lugar del pqueño azud de captación de derivación hacia la cacera de Navalcaz, lleva en su cauce muy poca aportación de agua en verano, como consecuencia de la sobreexplotación de los arroyos que bajan por la ladera de Peñalara hacia el cauce del Eresma y que son recogidos en multitud de registros a media ladera para el abastecimiento de La Granja, produciéndose una desecación total que minora la aportación al río en la zona de Valsaín”.
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