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Municipios agónicos

La despoblación es el cáncer que acecha a un número importante de municipios segovianos y de otras provincias de Castilla y León. Me atrevo a afirmar que es el mayor problema que padece la provincia y la región. Basta con hacer un recorrido por muchos de ellos para comprobar que están agonizando. No sólo no se ve un alma por la calle, sino que además muchos edificios se encuentran hundidos y tierras de labor abandonadas. “El largo desamparo fue royendo/los muros de las casas/y puso en cada esquina/centinelas de zarza”, afirmaba el poeta José Luis Ramírez. ¡Qué realidad!

Los últimos datos publicados por el INE ponen de manifiesto la pérdida de un 4,1 por ciento de la población entre 2012 y 2016. A lo que se une el fuerte envejecimiento. El futuro es aún menos halagüeño. En 2030, si la previsión no falla, la provincia tendrá una tasa de ancianidad del 35 por ciento. Se convertirá en un geriátrico, en especial el medio rural.

Segovia languidece poco a poco. Pierde vida. Y sin ella desaparece el bullicio de los niños en las calles, el alto diapasón de la gente joven y la pérdida de costumbres y tradiciones. También se deteriora el patrimonio medioambiental y se suspende el relevo generacional. En definitiva, las señas de identidad, algo que nos resistimos a perder los que hemos nacido en pueblos pequeños y vemos día a día cómo se van perdiendo todas nuestras referencias de la infancia.

El problema de la despoblación no se ha generado de un día para otro. Se ha visto venir ante la inacción en el tiempo de las diferentes administraciones competentes para hacer frente al problema. Ahora sólo queda aplicar una terapia paliativa y buscar la vía para revitalizar el medio rural, y con ello recuperar nuestro patrimonio material e inmaterial.

A estas zonas nunca va a llegar el libre mercado. Cualquier actividad económica que genere actividad y empleo para fijar población debe ser previamente planificada e incentivada. Y debe responder a la acción concertada de las diferentes administraciones públicas y los agentes económicos y sociales. No es necesario localizar una industria en cada pequeño pueblo, no. Es preciso desarrollar una red de polos industriales comarcales que concentren la actividad y permitan asentar población en el entorno, evitando la pérdida del medio natural y patrimonial, de nuestro legado.

En una economía de mercado cualquier plan selectivo de acción local debe ir acompañado de una política de incentivos fiscales a los emprendedores que inviertan en ese medio y a sus pobladores. Y, a su vez, deben garantizarse unos buenos servicios asistenciales, de telecomunicaciones y transporte. Sólo así será posible evitar la agonía de muchos municipios. La demora nos lleva a su muerte segura.

Author: Opinion

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3 Comments

  1. Y más que seguirá despoblándose. Si un alcalde se dirige a la compañía de transporte de viajeros y a la Junta para intentar racionalizar más el transporte público para que sus pocos jóvenes y trabajadores lo puedan utilizar, y le siguen exigiendo que pague el restante hasta 10 viajeros por ruta que haga. Se intenta seguir y seguir en el pueblo, pero los chavales tiran la toalla. Les resulta más barato alquilar en la capital que comprarse un coche y pagar gasolina, estando a escasa media hora.

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  2. Sr. Gordo, por primera vez le leo sin que me genere acidez. Y esto no es por su prosa, sino porque observo un cierto grado de autocrítica cuando dice aquello de “El problema de la despoblación no se ha generado de un día para otro. Se ha visto venir ante la inacción en el tiempo de las diferentes administraciones competentes para hacer frente al problema.” Y es que su partido, como el otro que en algún momento han tenido capacidad de gobierno, nos han obviado sistemáticamente.
    Yo, que soy malpensado (toma autocrítica!), siempre he creído que los políticos prefieren hacer esfuerzos donde les luce más el pelo.
    Le explico el origen de mi teoría: Vivo desde hace 13 años en Riaguas de San Bartolomé (30 empadronados. 12 habitantes). No disponemos de cable para el teléfono, seguimos con un antiguo sistema que funciona por ondas de radio –Trak lo llaman-. No disponemos de transporte público. No disponemos de tiendas. Sólo tenemos una hora de médico a la semana… Y más. Pues bien, cuando alguno de los sesudos políticos españoles se le pasó por la cabeza vertebrar España con el AVE (absolutamente y ad eternum, deficitario) se le ocurrió justificarlo eliminando líneas férreas también deficitarias. A saber, el tren que recorría el nordeste de la provincia, con paradas en Boceguillas, Riaza, Campo de San Pedro, Maderuelo y que nos permitía acceder a núcleos más populosos como Madrid o Aranda de Duero desapareció. Esto me dio el convencimiento de que sólo se preocupan ustedes por los votos. Más vale trincar un buen puñado en Segovia aunque suponga cabrear a cuatro monos que quedan en esos pueblos… quizá esto tuvo algo que ver en que cada vez seamos menos monos. Que digo yo, que quizá antes de quitarnos el pollino para comprar un caballo de carreras en otro sitio, quizá hubiera sido más digno, en la feria, hacerse con un caballo de carreras y un trotón para que nosotros mejoráramos también nuestra cabalgadura.
    Le voy a contar otra de mis teorías en vista de su predisposición a la crítica. Los políticos españoles son poco imaginativos. Hace unos días leía con malsana envidia cómo en algún país del norte de Europa –no recuerdo cuál-, para evitar residuos habían retirado el IVA de las reparaciones, de forma que a la gente, en lugar de tirar le compense reparar. ¿Por qué le cuento esto?, bueno, yo creo que con imaginación se podrían resolver muchos problemas. Le voy a regalar una: En mi pueblo, como no llega el cable de teléfono, la única forma que tenemos de conectarnos a Internet es a través de una compañía, de nombre Iberbanda (en cuyo accionariado está Movistar) que nos proporciona hasta 3mb por 60€. En Segovia 100mb cuestan 19,90€. Allá va el regalo: ¿a ninguno de ustedes se le ha ocurrido, al otorgar licencias a operadoras, que hasta que un servicio no esté cubierto en igualdad de condiciones en pequeños núcleos no se les permita operar en los grandes?, de forma que estén especialmente motivados en dar servicio a los monos. La información, cultura, comercio, tendría un acceso mucho más dinámico si las conexiones a la red fueran, cuando menos iguales a las ciudades que también disponen de otros cauces. Además se me ocurre indispensable a la hora de que diversos profesionales o empresas tecnológicas pudieran decidir instalarse en un municipio tranquilo.
    Tengo más, pero no se las voy a dar porque dudo que usted sepa dónde está mi pueblo…

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  3. Ha dado usted en el clavo señor Romera, sólo interesan los votos. ¿Qué es eso de todos los españoles somos iguales…? ¿Qué es eso de la Constitución? ¡Ah! que es iguales ante la Ley. Acabáramos, ni en eso lo somos…

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