Posted By Redacción on 12, Oct, 2018

La estación no ha experimentado un sólo cambio de mejora desde su reapertura, en marzo de 2017.

Del discurso de Clara Luquero se desprende que la situación de la estación de autobuses podría ser peor. “Cuando llegué a la Alcaldía sobre la mesa estaba la amenaza de cierre de la estación. Haberlo resuelto, haber hecho la reforma, tener la declaración de estación y tenerla funcionando me parece que es para estar satisfechos”, comentó a los periodistas este 11 de octubre.

Trataba así aplacar las duras críticas recibidas desde la oposición en general en el último pleno y más recientemente desde el PP, que se refieren a los 19 meses transcurridos desde que la instalación se reabriera esperando un reglamento de funcionamiento que, entre otras cosas, permita al Ayuntamiento cobrar a las empresas operadoras las correspondientes tasas por el uso del espacio municipal, lo que convierte a la estación en una rémora millonaria para la ciudad.

Lo cierto es que el discurso de la alcaldesa resultó un tanto contradictorio. De entrada sorprendió proclamando que el polémico reglamento “está funcionando”, para acto seguido matizar que “hay algunas tramitaciones [del documento] que están pendientes” y que como es costumbre achacó a los técnicos municipales, concretamente a “un largo periodo de baja” en el que habría estado la técnico encargada de este trabajo que, para colmo “ahora vuelve a estarlo”, circunstancia que “ha creado ciertos inconvenientes a la hora de tramitar algo que es meramente de carácter técnico”. No concretó, no obstante, si la nueva baja laboral de esa empleada sigue bloqueando el documento.

Luquero volvió a sorprender cuando afirmó que la estación “está dotada de personal” cuya situación consideró de “cierta provisionalidad” para admitir acto seguido que “falta designar al personal definitivo”. Al mismo tiempo, admitió que en el Ayuntamiento aún se está debatiendo para aprobar la gestión directa de la estación aunque, eso si, “la decisión [política] esta tomada.

Nuevos problemas en el parking de Zorrilla.

Por otra parte, en el aparcamiento de José Zorrilla -otra instalación que espera su reglamento de funcionamiento y el fin de las obras- se complican las cosas para que se cumpla el deseo de los comerciantes de la calle para que pueda reabrir sus puertas en el mes de diciembre, coincidiendo con la campaña de Navidad. La Junta de Gobierno Local volvió a ampliar este 11 de octubre el presupuesto de las obras de la infraestructura, esta vez para poder consolidar un muro del sótano cuarto que se derrumba, por 17.677 euros a mayores.

La humedad causa nuevos problemas.

“La verdad es que han ido a abrir y se han encontrado con que se viene la tierra encima porque el problema de humedades es muchísimo más serio de lo que habían pensado los técnicos en un primer momento”, explicó Luquero para justificar la nueva complicación en las obras del aparcamiento que ha “sorprendido” a los operarios que trabajan en el lugar desde el mes pasado.

La regidora, no obstante, negó que exista improvisación en la actuación -para la que cada semana, la Junta de Gobierno aprueba partidas ampliación del presupuesto­- y enmarcó estas “apariciones” en la normalidad de cualquier obra. “Los técnicos se acercan a una obra con un proyecto y cuando abren se pueden encontrar cosas que no se controlaba que estuvieran allí. Mi responsabilidad cuando pasa esto es decir: Hágase y soluciónese de manera definitiva”, aseveró.

Con menos firmeza se refirió a la posibilidad de que el nuevo problema técnico pueda retrasar aún más las fechas de apertura del aparcamiento -alterando por enésima vez los plazos calculados- sin lograr concretar si la construcción del muro, para la que se calcula un mes de trabajos, “podrá solaparse con las otras actuaciones o supondrá una ampliación de los plazos. No sé”, reconoció.

Comparte en tu WhatsApp