Aglomeración de turistas en la calle Real durante un puente festivo en Segovia.
El 64,3% de los turistas que visitaron Segovia en 2017 pasaron al menos una noche en Segovia y de ellos, uno de cada diez —el 10,6% en términos porcentuales— lo hizo en alguno de los apartamentos turísticos existentes en la ciudad cuya reserva se tramita a través de plataformas de internet. El dato procede del estudio sobre comportamiento y perfil del visitante de la ciudad en el que se reflejan por primera vez las estadísticas sobre este tipo de alojamiento.
El trabajo que por tercer año consecutivo han dirigido los profesores de la UVa Marta Laguna y Andrés Palacios incluye por primera vez esta modalidad de alojamiento que según los datos es la tercera más utilizada en Segovia después de los hoteles que usan el 69,3 por ciento de los visitantes y las casas familiares y muy por delante de las casas rurales, segundas viviendas o campings.
El apartamento turístico figura entre los preferidos por ciudadanos de menor poder adquisitivo (el grupo con ingresos por debajo de 900 euros en el estudio) en el que los apartamentos turísticos presentan una tasa de uso equiparable al de los hoteles o las viviendas de familiares y amigos mientras que esta preferencia desciende sensiblemente si el turista declara tener mayores ingresos. El mismo estudio indica que son los turistas nacionales, especialmente los castellanos y leoneses, valencianos, navarros y vascos los que manifiestan mayor preferencia por este tipo de alojamiento.
Culpable del vaciado del casco.
Los datos no parecen gustar a los responsables municipales, preocupados por las dificultades de controlar una oferta que en muchas ocasiones no están declarados oficialmente. En este sentido, la concejala de Turismo, Claudia de Santos, manifestó que este asunto “está soterrado” y apuntó a la Junta como responsable de la “responsabilidad de inspección que no corresponde al Ayuntamiento”.
La preocupación de De Santos se centra en el efecto de vaciado de edificios residenciales que vincula directamente con este tipo de usos y que se traduce en el encarecimiento de los precios de alquiler residencial y en consecuencia, la pérdida de población en el casco antiguo. “Y un casco antiguo deshabitado no es un elemento patrimonial”, lamentó.
En el mismo tono de rechazo frontal a esta modalidad de alojamiento, el concejal de Urbanismo, Alfonso Reguera, tachó de “sangrante” el efecto de desertización de los cascos históricos que a su juicio provoca en ciudades como Madrid y Barcelona “donde es imposible encontrar un apartamento residencial de 30 metros por menos de 1.500 euros”, además de subrayar la fuerte competencia que representa frente a modelos tradicionales como los hoteles. “Con precios de 300 ó 400 euros por noche para una familia completa es imposible competir” destacó.
Reguera recordó que la planificación urbanística reflejada en el Peahis —aún en elaboración y pendiente de aprobación— limitará los usos autorizados para el alquiler turístico de apartamentos a edificios completos dedicados a la misma actividad o a aquellos que disponen de accesos individualizados del resto de viviendas del mismo inmueble.
Por otra parte, los apartamentos turísticos, declarados o no, también han sido objeto de referencia desde la Subdelegación del Gobierno donde preocupa la falta de control sobre la identidad de las personas que se alojan en ellos pese a que existe la obligación legal de que los propietarios comuniquen a las fuerzas de seguridad quienes pernoctan en ellos, por lo que se ha anunciado la actuación conjunta de las policías y la Juta de Castilla y León en forma de inspecciones para fomentar estas identificaciones.
Diputación
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¿Cuántas de estas pernoctaciones están al día con el impuesto correspondiente? Esperemos que todas. Un sin vivir en la zona alta.