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Los ajustes de Tudanca

El nuevo secretario regional del PSOE, Luis Tudanca, no lo está teniendo fácil en sus inicios en el cargo, en los que el primer patinazo, la errónea elección de Julio César Fernández como número dos en la ejecutiva que él mismo diseñó, fue solucionada con un cese fulminante del mismo señor, un acto que en su entorno consideran un “golpe de autoridad” —empezamos pronto— pero que los críticos ven como una clara muestra de desconcierto y falta de control.

Por lo que se cuenta, todos los participantes, todos, los que participaron en el congreso del sábado sabían de las “características” que rodeaban al alcalde de Pajares de Oteros (León), y las comentaban en los pasillos: que si lleva años escaqueado de su trabajo como funcionario de prisiones, pero no de su nómina, argumentando exceso de trabajo en el ayuntamiento, que si en 1998 —si, si, hace 16 años— fue condenado a dos años por agredir a un empleado despedido que reclamaba una mejor indemnización; que si bailó del PSOE al PP para seguir encabezando la lista en el pueblo y eso le valió un expediente de expulsión…

Pues no. Tudanca se enteró por las informaciones de la Ser y entonces sí, sacó el alfanje para decapitar al mismo hombre al que había nombrado un rato como número dos de la ejecutiva con la que pretende “cambiar el partido de arriba abajo” y del que, por lo visto, no había preguntado nada. Poco creíble. Pero a ver cómo se explica sin liarse que Fernández era parte del peaje agradecido al gran y decisivo apoyo de León a la victoria sobre Villarrubia. Mejor lo de la radio.

Porque sí, va de cuentas. De ajuste de cuentas. Otro cese sonado, el del palentino Julio López, liquidado como viceportavoz de su grupo en las Cortes, pese a que le habían dicho que seguiría. Claro, que los nuevos jefes del partido entienden que si la delegación de Palencia no apoyó con sus votos en el congreso del sábado, fue culpa de López (que ni siquiera estuvo allí, por “motivos familiares”), lo que podríamos llamar el último coletazo de los de Villarrubia, así qué, castigado, sin sueldo y obligado a volver a las clases en la universidad, aunque mantiene su secretaría (Política económica) en la ejecutiva.

Si recuerda, tras el congreso, el secretario segoviano, Juan Luis Gordo, achacó que el apoyo de los delegados a la ejecutiva de Tudanca se quedara en menos del 65 por ciento a la existencia de descontentos que pensaban que “tenían que estar y no estaban” en la ejecutiva. Entonces pareció una salida del paso al uso pero, a toro pasado, parece claro que las abstenciones de Palencia, entre otras, habían quedado apuntadas.

Y es que los socialistas segovianos han crecido en peso a la sombra de Tudanca —aquí también ganó de calle— y se vinieron tan contentos después de las votaciones, que se lograron dos secretarías, una para cada uno de los que le flanquearon en todo momento cuando en campaña estuvo en Segovia. José Luis Vázquez y José Luis Aceves. Ojo, que en todas las fotos de esos días me aparece, un paso detrás pero bien cerca, el concejal y secretario de la agrupación de la capital, Alfonso Reguera, al que algunas fuentes sitúan ya en el listado de aspirantes a procurador en mayo próximo.

También dos vocalías, para Alberto Serna y, la cuota integradora, para la procuradora Ana Agudíez, pese a su apoyo explícito a Villarrubia durante la campaña.

Gordo está en el Comité ejecutivo y hasta ahora no ha hecho un solo comentario sobre la agitada primera semana de Tudanca. Quizá el tema incomoda, que mire, Aceves se vio obligado a tocarlo por preguntas en una rueda de prensa cuando el cese del vicesecretario estaba fresquito y el secretario regional de Coordinación Parlamentaria se limitó a decir “que su liderazgo se ha reafirmado, sin temblarle el pulso a la hora de tomar decisiones”. La respuesta oficial. De libro.

La alcaldesa Clara Luquero, más sobria aún, enmarca la agitación en el devenir normal del desembarco de un nuevo equipo que está ajustándose y “quien ha tenido que articular una ejecutiva lo ha hecho. (…) Una vez elegido democráticamente por todos los militantes, tiene la legitimidad para ser él quien confeccione un equipo”.

Para el anecdotario: tampoco se comenta en voz alta sobre los pitos y abucheos que buena parte de los participantes en el congreso, quizá recordando la impertinente “cena fría” que degustó tras la derrota de Villarrubia, dedicaron al flamante senador regional, Óscar López en aquel congreso. Entre susurros sí se oye algo en los corrillos.

Author: Fernando Sanjosé

Segovia (1967). Periodista.

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1 Comment

  1. Qué esperaba en las ‘renovadas listas’ (todos los partidos cacarean para elecciones renovaciones, tras los escándalos que toquen por legislatura o mandato popular). Los apellidos mandan señor Sanjosé, desde los tiempos de don Pelayo ¿o no? Es lo que se dice adaptarse a las circunstancias. Vamos, en las sagas, sobrevivir. Nadar y guardar la ropa de la familia.

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