Así, dicho tiene, el título tiene reminiscencias de zarzuela, pero el asunto es más real y curioso. Es un secreto a voces, que el Eresma, en su parte urbana tiene muchísima trucha común. Y aquí es donde comienza el misterio.
La administración, en su gran sabiduría y estudios, tiene esta zona por aguas no trucheras, es decir lugares donde por su condición no son aptas para el desarrollo y sostenimiento de poblaciones autóctonas de truchas. Y estos son los que han estudiado. Pero la realidad y la vida son tozudas y cabezonas.
En este tramo se puede pescar, todo el año, con todas las artes y con todos los cebos. Es decir leña, leña, leña. Es más, mientras la nueva reglamentación, prohíbe el cebo natural y matar estos animales en las aguas libres trucheras, en las aguas no trucheras (como son estas) permite, en temporada, hasta matar dos. ¿Usted lo entiende? Yo tampoco, no se preocupe. Es decir, si la especie, por un milagro (como este) se expande, en vez ayudarle, le damos zapatilla. A ver cuantas logramos matar.
Otro problema que tiene esta zona son esos malos pescadores (si malos, porque que te guste mucho la pesca y no mates ningún pez, si lo pescas en determinados momentos a la vez que pisas los lechos de la freza hace que la puesta de una trucha cargada de huevas se eche a perder. Joder una puesta y cría de una nueva generación. Eso si. Tu conciencia tranquila, que tú eres mejor que los que matamos truchas. Tú no matas. Solo jodes las puestas estresando una madre trucha en meses de puestas y pisando lechos).
Además están los vertidos. Ummmm. El maravilloso mundo de los vertidos y las depuradoras. Estas truchas son capaces de sobrevivir a los vertidos de los 5.000 culos de La Granja, los 3.000 culos de Palazuelos de Eresma y los más o menos 2.000 culos de San Cristóbal y Tabanera. (nota al lector: El número de culos cuyo vertido va al Eresma en este tramo es estimado. Habría que hacer un estudio concienzudo del número de culos y de la calidad de sus vertidos).
Una cosa que me llama la atención en el tema de las depuradoras en este tramo. Habría que ver que hay, como está, cuanto costo y en qué (o dónde) se fue la pasta de cada una de las depuradoras.
A pesar de eso y si eres capaz de mirar donde debes, las ves puestas. Comiendo en la chorreras. Con su jerarquía a la hora de la mesa. Primero mama, (la más grande) luego papa, luego la hija mayor… y así hasta el último mono con pintas en el lomo. Y se vuelven poesía. A la sombra de grandes chopos, junto edificios históricos de moneda y frailes. Oyendo las campanas de misa de 12 en el Carmelo y en la Fuencisla, refugiándose en las piedras de los bajos el Alcázar. Salvando señuelos, engaños y cebos naturales durante 12 meses al año…
Quizá ocurra este pequeño milagro (es decir, que estén donde no debían y en cambio no estén donde se supone que tienen todo a favor) por eso. Por que nadie las hace caso. Porque las cosas son naturales, porque el humano intenta pescarlas para meterlas una raspa de jamón serrano en la barriga, pero no enreda más allá.
Por que la vida transcurre. Como tenía que ser. Algún biólogo lo tenía que estudiar. Le saldría una buena tesis doctoral. Se la podría dirigir alguien del Vaticano. Por eso de los milagros.
Diputación
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