Posted By Redacción on 14, Jun, 2018

La renovación integral de la calle de San Juan incluye el pavimento de la calzada y de la acera izquierda, además del “lavado de cara” de la derecha y su pretil, la renovación de las redes de saneamiento, abastecimiento e iluminación, la supresión del cableado aéreo y la instalación de farolas tipo “Villa”, con sistema LED. “Son obras imprescindibles que sabemos que causarán problemas por lo que pedimos disculpas de antemano”, señalaba este 14 de junio la alcaldesa, Clara Luquero, que lleva años tratando de incorporar a los presupuestos esta actuación y que ha encontrado en los remanentes presupuestarios la posibilidad de realizarla en el último año de este mandato.

Quizá para lograr la seguridad de que todo esté terminado antes de mayo, pero también para aprovechar el buen tiempo, el departamento municipal de Obras iniciará la semana que viene los trabajos sin esperar siquiera a que pasen las fiestas de la ciudad cuyo programa —se presentará oficialmente este 15 de junio— incluye el acto principal de inauguración, varios conciertos y otras actividades al pie del Acueducto. “Los ciudadanos tendrán que elegir otra ubicación que no sea San Juan para ver los actos”, zanjó la regidora a esta cuestión.

La planificación se ha estructurado en cuatro fases. La primera, de inicio inmediato y tres meses de duración, ocupa el tramo entre la plaza de la Artillería y Conde Cheste e incluye levantar toda la pavimentación para reponer la base de zahorra y hormigón antes de reutilizar los adoquines, además de la acera izquierda, por donde transcurre buena parte de las redes a renovar. El corte de tráfico en ese tramo será total aunque “se garantiza el paso de los vehículos de emergencia”, mientras que los peatones podrán circular por la acera derecha donde, no obstante, habrá obras de recolocación de las losas y reparación en zonas puntuales degradadas del pretil.

En esta fase, los vehículos que pretendan acceder al casco deberán buscar la alternativa por el paseo de San Juan de la Cruz, mientras que los de bajada deberán desviarse hacia Taray desde Conde Cheste.

En la segunda fase, solapada con la primera durante el mes y medio que se estima que durará, se trabajará en el tramo de estrechamiento de San Agustín —el espacio regulado por el semáforo que existe en aquel punto— y se establecerán las únicas alternativas posibles para los coches que quieran salir del casco antiguo, es decir, el desvío desde la esquina de los Juzgados hasta la plaza de San Sebastián y la continuidad hacia la calle Taray por Luis Martín Marcos y Luis Felipe de Peñalosa.

Para las fases tres y cuatro queda la actuación en la propia plaza del Conde Cheste y el carril izquierdo de San Agustín —delante de los Juzgados— momento en el que ya se utilizará parcialmente la calle de San Juan, pese a que seguirá en obras.

El lío de los horarios y los restos de la puerta de la ciudad.

Más de cuarenta minutos utilizaron los responsables de Obras y de la Policía Local para explicar las medidas del tráfico en unos trabajos en los que “pueden salir imprevistos” que alteren la planificación establecida, entre otros, la aparición de restos arqueológicos, por ejemplo de una de las puertas de la ciudad, la de San Juan, que ocupaba la curva, desmontada en 1888. “No hurgaremos mucho más de lo que ya se ha hurgado en aquella zona”, apuntó en este sentido la concejala, Paloma Maroto, confiada en que la arqueología no altere el ritmo de la obra.

Tampoco quiere complicaciones con el transporte público. Pese a que las líneas que hoy tienen cabecera en la calle de Colón recortarán sensiblemente su recorrido, los horarios de los autobuses no sufrirán ninguna modificación, simplemente porque “es un lío alterar las frecuencias” en palabras de Maroto que soluciona esta cuestión prolongando el tiempo de espera de los urbanos antes de iniciar los recorridos desde su nueva cabecera de la plaza de la Artillería.

Lo que sí se ha hecho ha sido añadir una parada adicional, en el hospital de la Misericordia, para la línea 9, un servicio que presta un microbús que actualmente, según el jefe de la Policía Local, Julio Rodríguez Fuentetaja, utilizan “39 personas”. No obstante, ante el más que probable incremento de la demanda de este servicio, los responsables municipales anunciaron que la empresa concesionaria dispone de otro vehículo de similares características para reforzar esa línea. Lo que no acertaron a concretar es qué se considera un “aumento de la demanda” y ante las preguntas de los periodistas afirmaron que el segundo vehículo entrará en funcionamiento “si vemos que se llena el que hay”.

Otro “quizá” que los responsables del Gobierno municipal dejaron en el aire es el de la posibilidad de ampliar las jornadas de trabajo a los sábados con la intención de ganar tiempo en los plazos de actuación. “La empresa ha mostrado su disponibilidad y nosotros estamos de acuerdo”, señaló Maroto ante una opción que sin embargo no aseguró que se lleve a cabo.

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