La UVa no quiere ser la mala de la película pero tampoco está dispuesta a ser ella la que abra la puerta. Las conversaciones mantenidas entre la Universidad de Valladolid y la Rey Juan Carlos para la implantación en el CAT de una extensión del instituto de danza Alicia Alonso (dependiente de la universidad madrileña) y que además dispensara alguna titulación relacionada con tecnología de las artes escénicas, topa con la posición de la UVa, que atisba imposibilidades administrativas para el desarrollo de titulaciones conjuntas a tenor de las distintas legislaciones autonómicas aplicables. Esta es al menos la posición de la UVA, según explican fuentes académicas. Por otra parte, la UVa recuerda que no admitirá la impartición de titulaciones que entren en competencia con los grados y posgrados ofertados.
De momento son “instrucciones” verbales, que circulan entre Segovia y Valladolid, no hay informe oficial (ni se espera), y desde la cúpula universitaria se intenta que el tema del CAT no afecte a las buenas relaciones con el Ayuntamiento de Segovia, muñidor del proyecto. “La idea es que sea desde la consejería de Educación, que a fin de cuentas es la que tiene la última palabra, los que vean si se puede o no se puede abrir la puerta a la Juan Carlos I como universidad. Lo que sí tenemos claro es que las titulaciones conjuntas son, hoy por hoy, inviables, y que no es deseable que vengan desde otra universidad pública a competir con titulaciones que nosotros impartimos. Por lo demás nosotros no tenemos nada que decir”, señalan en la UVa.
Luquero y el rector “copión”, Fernando Suárez
En definitiva, no habrá “oposición institucional” desde la UVa a la conversión del CAT en una extensión docente de la Juan Carlos I, no al menos mientras la formación a impartir en el CAT no entre en competencia con la de la UVa, pero tampoco habrá especial colaboración. Ni frío ni calor y balón al consejero.
Empezar en 2017
En cualquier caso, el acuerdo se ve muy difícil administrativamente hablando y muy lejano en el tiempo. Más si cabe a tenor de la situación que atraviesa la Rey Juan Carlos, con su rector, Fernando Suárez, en la picota por plagio, y que ha adelantado a marzo las elecciones rectorales, en lo que además encubre una guerra interna entre facciones y departamentos por el control de la institución.
Fue precisamente el propio Suárez (con una ostensible ausencia de autoridades académicas locales) el que presentó el proyecto junto con Clara Luquero el pasado mes de febrero. Suárez avanzó la voluntad de la Rey Juan Carlos de iniciar el curso en el 2017/18. Sin embargo, para ofertarlo como titulación universitaria, grados o posgrados, tal como hace actualmente el Instituto de Danza Alicia Alonso, debería pasar el cedazo de la Junta de Castilla y León. Eso u ofertarlo como una titulación no reglada. Para resolver esa cuestión se han cerrado un par de reuniones entre ambos equipos rectorales, interrumpidas ahora por el escándalo que atenaza la alma mater matritense.
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