Qué menos que una grande de España para celebrar la vigésima edición, el sexuagésimo concierto del ciclo Música en los Corralillos, organizados por la Asociación Plaza Mayo “que preside como presidente”, en feliz redundancia, el inefable Paco del Caño.
Karina, con pañuelo estampado y vestido blanco, repasó sus “grandes éxitos” en el Corralillo de San Sebastian, esto es, junto al Acueducto en el Postigo, y con ella unos 500 fans que casi llenan el aforo. “Segovia te quiere”, se leía en la carátula de un viejo single ampliado y pegado en cartón pluma, composición que junto con el cuadro del Acueducto entregó a la cantante la concejala Paloma Maroto.
La diva jienense dedicó el concierto a su hija, Rocío, que padeció un accidente en moto el pasado 2 de septiembre en Formentera, circunstancia que casi obliga a suspender el bolo segoviano. Concierto de pequeño formato, parecido al que dio en la Oveja Negra de Cabañas de Polendos en noviembre de 2015, con música pregabrada y Karina superponiendo voz a la voz enlatada y alguna que otra exhibición a capella. Empezó con un tutti-fruti de clásicos sesenteros para, al poco, llevar la cosa a los pelotazos de los 60 y 70, ante un entregado auditorio. Para ellos, la cuestión era un baño de nostalgia con la mujer que guarda las llaves del baúl de los recuerdos. Para terminar, rifa de un viaje en globo. Apoteósico.
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