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Segovia entre fantasmas: mansiones de Halloween

Cuando llega esta época el ambiente se transforma en nostalgia y recuerdo mezclado con otros símbolos como las calabazas, las telas de araña, los esqueletos y, los olores propios del momento como los de las  castañas asadas. Tiempos en los que la noche cae cada vez más pronto y la luz es cada vez más blanca, menos cálida y, anima a pensar en aquellas historias que nadie sabe sin son ciertas o no pero adornan diferentes rincones de la ciudad y nos acompañan en nuestros paseos de otoño.

La Casa del Crimen, la Academia de Artillería y la Refitolería, entre otros, son lugares que han servido de escenario para las leyendas que se han ido transmitiendo de una a otra generación de segovianos, dando mayor interés y misterio a la ciudad.

 

Rosa de Pasión

fantasmaUna de las leyendas más impresionantes de nuestra ciudades, sin duda, la que aparece en la obra “Ruta de siglos”, de Eduardo Navarro Cámara (1931), bajo el título Rosa de Pasión. En ella, el noble Fernando Aldarete, capitán de Corazas, llegó a Segovia para recibir una herencia y se instaló en una gran casa ubicada en la calle Escuderos donde comenzaron a ser famosas sus fiestas, lances de amor y peleas. En cierta ocasión, cuando se encontraba ensangrentado tras un enfrentamiento, se topó con una hermosa mujer, Aldonza Fernán Díaz, conocida por sus virtudes en toda la ciudad.

Dicen las crónicas que Fernando quedó “ciego por la pasión” mientras “la bella Aldonza se aisló y desapareció” hasta que el día de Miércoles Santo, en los cultos de la Catedral, pasó tan cerca del Noble que lo “rozó con su capa”. El, preguntándose si era ella, la siguió por la Puerta del Perdón hasta llegar “al pasadizo que unía la calle Almuzara con  la Refitolería.

Al llegar, se encontró a su amada de rodillas “pidiendo sus auxilios”. Cuando Alderete se acercó, tomó su mano  “¡Pero la mano está helada /Pesa cual duro granito!” No había duda, bajo la capa se encontraba un repulsivo esqueleto que le habló pidiendo que ¡salvase su alma! (la del Noble). Aldonza había muerto y Alderete hizo lo mismo, según las crónicas “tras expiación dura y larga como pobre eremita en una humilde cabaña”.

 

La Casa del Crimen
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Otra de las historias que forman parte de la ciudad de Segovia comenzó con un terrible suceso en mayo de 1892 cuando tres rateros entraron en el palacete construido a finales del siglo XV o principios del XVI por la familia Ayala-Berganza, con la intención de robar. Para conseguir su objetivo, asesinaron a quienes residían en ese lugar, Alejandro Bain, hombre catalogado como introvertido y misterioso que a nadie daba cuenta ni de sus costumbres ni de su dinero y, una sirvienta, Isabel.

Dicen las crónicas que el espectáculo que se pudo ver en el interior del edificio era terrible: Alejandro Bain, fue asesinado en las escaleras, donde lo encontraron con la cara ensangrentada y tapada por un pañuelo y con restos de cal entre sus uñas debido al forcejeo. También encontraron el cadáver de Isabel… El saber popular añadía que allí murió “hasta el gato”.

Dos años después se conoció, tras mucho investigar, el nombre de los asesinos. Aquilino Velázquez, Emeterio Salinas y Enrique Calleja quienes fueron ajusticiados en el Cerro de la Horca, actual Parque de la Dehesa, en la última ejecución que se vivió en esta ciudad.

Durante muchos años la casa estuvo deshabitada y, mas tarde, sirvió de taller de pintura al gran maestro Ignacio Zuloaga que allí pintó una de sus más famosas obras “Las brujas de San Millán”. Después ha estado casi derruida y ha sido una carbonería hasta que, desde hace unos años, es un Hotel. Los rumores de que “allí se ven y se escuchan cosas” son permanentes, sobre todo en el entorno de las escaleras y el descansillo donde apareció el cuerpo de Alejandro Bain (dicen que se escuchan llantos) ¿Casualidad?

 

Academia de Artillería
Recientemente se ha conmemorado el 250 aniversario de la que sin duda es la Academia Militar más antigua del mundo, la Academia de Artillería de Segovia. Ubicada en el antiguo Convento de San Francisco, no ha vivido ajena a los consiguientes rumores sobre sus habitantes “gaseosos”.

internadoacademiaDice la leyenda que de vez en cuando, por sus pasillos y, principalmente por un muro del claustro, se ve la figura de un fraile “ataviado con un hábito y encapuchado”. Son varias las personas que lo han visto, algunas conocidas y de alto rango militar y, todas lo han definido como una figura “oscura, rápida, moviéndose como levitando sobre el suelo y envuelto en un viento fuerte y frío”.

La historia cuenta que el fantasma pertenece a un fraile joven que vivió entre estos muros durante la edad media. En cierta ocasión se ausentó del convento sin permiso y al querer regresar, fue descubierto por un fraile mayor produciéndose una lucha que terminó con la muerte del más anciano. Como castigo emparedaron vivo al fraile joven en un muro del claustro del convento para que sirviera de ejemplo ante su comunidad. Años más tarde se hicieron obras en el claustro y cuentan, sin confirmación, que encontraron los restos del fraile.

De momento el fraile, dicen quienes cuentan este suceso, continúa buscando la salida en el claustro del antiguo Convento de San Francisco, ¿La encontrará?

Son solo tres ejemplos de rincones que tienen mucho que decir. Será verdad o no, da igual, lo cierto es que estos episodios llenan de misterio y de una extraña belleza las calles de Segovia en estas noches de otoño y nos hacen volver la mirada de vez en cuando al escuchar pasos, el viento…

Y estas son tres leyendas, pero hay más. En el Alcázar, en la Veracruz… Si sabes de alguna otra, no dejes de compartirlo y mándanos un comentario.

Author: Editor

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