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El viaje a ninguna parte

Las elecciones catalanas tienen una primera lectura: los independentistas pierden dos escaños, cinco ganan las fuerzas unionistas, con Ciudadanos de primera fuerza, pero que queda lejos de la posibilidad de formar gobierno. El nuevo presidente del Parlament será independentista.

Visto de otra manera, 2.050.000 votaron por la República y 1.900.000 por la Constitución. Podemos, primera fuerza en Cataluña en las legislativas, se desploma a 380.000. La traducción en escaños, por mor de la subrepresentación de Barcelona, se va a 70 escaños para la suma de ERC, JxC y CUP, por 57 la suma de PP, C’s y PSC. Ocho los no alineados. La cosa, por tanto, se queda como estaba pero bastante más complicada. Con otros 8 diputados en la cárcel o en Bruselas y la sociedad catalana polarizada en un bloque rabiosamente independentista frente a otro e rabiosamente españolista. No future.

Dos ganadores, Carles Puigdemont e Inés Arrimadas. El primero se convierte en la referencia del independentismo, y es una muy mala noticia. Contra lo que pueda pensarse,  Puigdemont está en una posición bastante más radical que Junqueras, reafirmándose como presidente en el exilio, una suerte de Papa Luna. Su discurso post-electoral, de un fanatismo acongojante, fue de largo el más radical, duro y desolador, una verdadera declaración de guerra a España. Digámoslo claro, creo que está loco, o cuando menos, virtualizado en una burbuja personal de la que no sabe salir.

Frente a él la salmantino-jerezana-barcelonesa Inés Arrimadas es la ganadora simbólica de las elecciones, sin posibilidad alguna de formar gobierno, pero primera fuerza en casi 130 municipios, entre ellos, los más poblados de Cataluña. Heroico, considerando que es una fuerza que hace 8 años tenía 3 escaños, pero insuficiente para el reset que pretendía imprimir a la política catalana y española. El suyo es un triunfo personal, un relativo fracaso colectivo.

Los demás pierden. Pierden ERC y PSC traicionados por las encuestas. La CUP queda desdibujada a la mitad y no es ya necesario su apoyo activo para investir presidente. Podemos pinta tirando a poco, aunque se equivocan quienes vean en los morados una fuerza unionista. No lo son; están más cerca de la CUP que de Arrimadas, y eso es un hecho.

Pero perdiendo mucho, nadie pierde más que Mariano Rajoy. Y se lo ha ganado a pulso. El hombre que se empeñó en hacer campaña con policías (o mandando a Soraya Saénz de Santamaría, que casi es peor), amparándose en jueces para no moverse de la Moncloa, poniendo el máximo cuidado en no hacer política. Lo suyo ha sido demoledor, el primer partido de España no tendrá ni grupo propio en el Parlamento catalán y el PP queda desarbolado para mucho tiempo en Cataluña y probablemente pierde un montón opciones en España. Lo suyo, lo de Rajoy, es de traca: No ganas votos pegando porrazos. No es buena idea.

¿Qué pasará? Creo firmemente que la vía de la unilateralidad es una vía muerta. Puigdemont se da como ganador de  las elecciones, pero a su partido, la Convergència del 3%, de poco le vale en Bruselas. Así que la movida está clara, o vuelve y a la cárcel o renuncia al acta e intenta gobernar desde Flandes por persona interpuesta, que a lo que parece esa es su baza, manteniendo la ficción de la República durante un tiempo para terminar en lo mismo. 155. No le veo ningún sentido.

Sí sé que Cataluña queda de esta dramáticamente escindida. Lingüística, territorial y sociológicamente partida por la mitad. Cada vez más difícil curar las heridas. Lo siento por ellos, porque van a sufrir. Y nosotros con ellos.

 

Author: Luis Besa

Luis Besa. Periodista,

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2 Comments

  1. Vamos que: las consecuencias de votar con las vísceras y no con la cabeza. Como decimos por estas tierras, e impolíticamente correcto si se quiere: ‘votar por cojones’. Ya ve, en una cosa, principalmente estoy totalmente de acuerdo con usted señor Besa: “vamos a sufrir” y no nos pinta bien. Supongo que, usted lo sabrá mejor, en la sociedad-masia, con un mesías en el exilio, se vivirá primorosamente. Al parecer, tocando de la dolçaina, segnat los idílicos campos, pero 5 millones de almas, no son 46 millones. Esto, en una sociedad mercantilizada y globalizada es bastante jodidillo: al dinero le importa un bledo la república o la monarquía, pero la estabilidad social y económica es primordial. Lo siento por los Partidos que tenían un discurso más político, menos visceral, intentando solucionar el problema de convivencia, en la Autonomía y el Estado (en mi opinión, desacertada parece: PSOE, y Podem aún con su radicalidad), lo demás paparruchas de corazón y gónadas. Pero ellos sabrán ¿o no? quién sabe. Lo que sea sonará.
    Felices días a todos y a don Luis Besa… por lo que nos ha contado, en alguna ocasión, su reunión familiar tirará a villancico con ‘marimorena’ ¡Salud! 😉

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    • Totalmente de acuerdo en lo que dice. De todas maneras, el problema catalán es recurrente, como dijo Ortega, estará ahí por los restos, tampoco pasa nada mientras se sepa sobrellevar y creo que los principales perjudicados serán los catalanes en su conjunto si los indepes persisten en vías ilegales y disfuncionales. Respecto a las NAvidades em mi casa, le aseguro que son siempre muy animadas y alegres, habitualmente mi hermano y yo acabamos cantando canciones locales tras, eso sí, bebernos media botella de whisky. Este año la cosa no pinta bien por desgracias familiares que hemos tenido, pero bueno. C’est la vie… Gracias por leerme y dar su opinión, que tenga una feliz Navidad.

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