El Cristo yacente de la catedral de Segovia se expondrá en el museo de Arte de Munich (Alemania) durante cuatro meses como parte de la exposición temporal “El siglo de oro. Pintura y escultura española del siglo XVII” que acogerá ese museo entre el próximo 25 de noviembre y el 26 de marzo de 2017.
La escultura, obra de Gregorio Fernández, ocupa un lugar preferente en la capilla del Descendimiento de la catedral segoviana y forma parte cada año de la procesión de Viernes Santo a instancias de la parroquia de San Andrés. La Semana Santa comienza este año el 13 de abril, por lo que se espera que la cesión temporal al museo alemán no impida su devolución a tiempo para mantener la tradición, también el año que viene.
La comisión territorial de Patrimonio ha autorizado el traslado que dejará vacía, temporalmente, la capilla del Descendimiento de la seo segoviana, advirtiendo que “en su transporte al museo germano, así como durante su estancia en la exposición, se tendrá en cuenta en todo momento que los valores de temperatura y humedad se ajusten a los existentes en la capilla donde se encuentra la pieza habitualmente, para su adecuada conservación”.
No es esta la primera vez que el Cristo yacente sale de Segovia. La última vez que lo hizo fue en 2013, cuando formó parte de la edición de aquel año de las Edades del Hombre que se celebró en Ávila bajo el título de “Credo”, donde se convirtió en una de las obras más admirada por los visitantes, impresionados por el realismo que transmite la representación de un Jesús extenuado y a las puertas de la muerte y el sentimiento de piedad que despierta en el espectador.
La imagen, que también tuvo presencia destacada en Las Edades del Hombre de 2001, con sede en Segovia, fue seleccionada además en 2011 para representar el Vía Crucis que presidió el Papa, Benedicto XVI durante las Jornadas Mundiales de la Juventud celebradas en España.
La máxima perfección.
Gregorio Fernández realizó entre 1628 y 1631 esta talla de madera policromada y unas dimensiones de 216 x 102 x 70 centímetros, incluyendo su peana, que forma parte de la obra. Para añadir realismo a la obra, el escultor utilizó técnicas de gran dramatismo y patetismo para los postizos, como colocar ojos de cristal, marfil en los dientes, asta de toro en las uñas, resina para las gotas de agua que salen de la llaga del costado o corcho y cuero para los estigmas. La escultura fue donada a la Catedral de Segovia por el obispo Melchor de Moscoso y Sandoval el mismo año de su terminación, 1631.
El genial escultor realizó un buen número de yacentes, siempre siguiendo el modelo inicial con pequeñas variaciones y mejoras. El de Segovia fue una obra tardía y por tanto, una de las más perfeccionadas del vallisoletano.
Diputación
Junta de Castilla y León
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En aquella ocasión, en Berlín, fue el Cristo yacente de Gregorio Fernandez que está depositado (propiedad del Museo del Prado) en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid, también maravilloso, como toda su extensa obra.
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aclarado. merçi mil
11 octubre, 2018
Aclarar que el maestro escultor no era vallisoletano de nacimiento, sino en Sarria (lugo ) y por tanto, gallego. Vivió y murió en la capital del pisuerga. Para los pucelanos por supuesto un vallisoletano por el cariño que le tenemos.