El 112 se incorpora al simulacro anual de incendio en el Alcázar

Posted By Redacción on 7, Mar, 2018

Sanitarios del 112 atienden a una persona herida en el patio del reloj del Alcázar.

El devastador incendio del 6 de marzo de 1862 en el Alcázar no debe repetirse y por eso cada año, en la fecha exacta, se refrescan los protocolos de emergencia con un simulacro que este martes ha resuelto en 25 minutos una situación de fuego causada por el descuido de un trabajador en el coro de la capilla donde prendieron las llamas mientras el humo inundaba el castillo en el que en ese momento había medio centenar de trabajadores y otras 150 personas aproximadamente en grupos de visitantes.

Además de un imponente sistema de extinción estático que recorre todo el edificio, el protocolo de actuación se afina año tras año y se incluyen mejoras. Por ejemplo, la sirena de alarma, que antes sólo sonaba en el interior de la fortaleza ahora se escucha nítidamente en el exterior y mientras los trabajadores comprueban la existencia real de una incidencia, otros cierran la cancela de acceso a los jardines. También es novedosa la voz que pone en marcha el dispositivo: “Alcaide, alcaide, alcaide”, pronuncia el jefe de seguridad a través de la radio poniendo en marcha el operativo que otorga un papel concreto y coordinado a cada trabajador y dispara el aviso a los bomberos y al servicio 112 de emergencias.

Estos actores se han incorporado por primera vez este año al simulacro para satisfacción de la coordinadora del 112 en Segovia, Carmen del Pozo, porque el servicio de atención médica ocupara su lugar natural en este tipo de situaciones y porque estos ejercicios “crean lazos” entre las instituciones que así intercambian información sobre los medios de los que disponen, según dijo cuando se dio por concluido el ejercicio.

Un bombero se prepara para entrar en el castillo pocos minutos después de dispararse la alarma.

La aplicación del protocolo genera una respuesta inmediata. Unos cinco minutos después de la llamada aparecen los vehículos de emergencias con bomberos y sanitarios mientras el personal y los visitantes —colaboraron con gran interés varios grupos de estudiantes de instituto pero también turistas “de verdad” previamente avisados— eran evacuados por la puerta principal, algunos y el resto a través del paso a través del pasadizo de la Coracha de la torre Barragana creado en 2010 precisamente por recomendación de los bomberos y de ahí a la plaza de la Reina Victoria Eugenia por el camino del puente del Piojo.

Dos trabajadores trasladan un cuadro rescatado de la capilla.

Los bomberos atacaban entonces el fuego en el coro de la capilla, la biblioteca del valioso Archivo militar y los desvanes mientras los del 112 evacuaban y atendían al trabajador que provocó el fuego y resultó herido. El personal del Alcázar cumplió también el plan de contingencias protegiendo y rescatando las obras de arte y el mobiliario antes de que el operativo simulado se diera por concluido con éxito. Un herido evacuado, el resto del personal y visitantes fuera de peligro, el fuego totalmente extinguido y varias obras de arte salvadas. El sistema funciona.

El general de brigada, De los Santos, se dirige a los “figurantes” para agradecer su participación.

Finalizada la tensión, las autoridades militares, propietarios del castillo, encabezados por el presidente del Patronato, el general de Brigada, José Miguel de los Santos y el alcaide de la fortaleza y director de la Academia de Artillería, el coronel José María Martínez Ferrer, las civiles —la alcaldesa, Clara Luquero, siguió desde primera línea el operativo y posteriormente se sumó al grupo ante la fortaleza el presidente de la Diputación, Francisco Vázquez— los servicios de emergencias, los empleados y los figurantes se felicitaban ante el Alcázar tras comprobar que la máquina está engrasada y funciona a la perfección.

Lo de 1862 no se repetirá.