Diputados por Segovia: ¿condenados al bipartidismo?

Posted By Redacción on 30, Nov, 2016

“En circunscripciones como Segovia, con tres escaños al Congreso, siempre habrá una distribución de 2 y 1, puede ser que alguna vez salga el 1, 1, 1, pero eso es como que toque la lotería, dificilísimo”. Lo dijo el catedrático de Derecho Constitucional Ricardo Chueca, en la mesa redonda Observatorio Electoral, que organizadas por el departamento de Derecho Constitucional de la UVa se desarrolló en el campus de Informática de la universidad pública.

Chueca, junto con los también catedráticos Paloma Biglino y Carlos Ortega (en la imagen inferior) básicamente analizaron el sistema electoral español, defendiéndolo de las recurrentes campañas para su modificación, o más que defendiéndolo, dejando claro que cambiar un sistema electoral es algo muy complejo, que solo satisface a los partidos ganadores, pero que debe ser testeado a largo plazo.

Y es que hay mucho lugar común y hablar de oídas en la cosa de los sistemas electorales. “Una mayoría absoluta no tiene porque ser menos proclive al consenso que una minoritaria”, dijo Ortega, ejemplificándolo en Castilla y León, donde tradicionalmente “las leyes de Comunidad” se pactaban con la oposición, el PSOE. Ahora en cambio, basta el apoyo de Ciudadanos, con lo que muchas leyes tienen menos representatividad política que antes.

Chueca se centró en el análisis histórico de los procesos electorales en las Cortes. Ante un auditorio esencialmente integrado por futuros abogados, tiró de gráficas para “medir” la representatividad de las diferentes legislaturas para demostrar que el actual sistema electoral “permite el pluralismo si los votantes así lo permiten”. Si se pondera el número de grupos parlamentarios de un hemiciclo con el número fuerzas representadas se obtiene un mapa de la complejidad de cada mandato. A más complejidad más difícil la mayoría. “La complejidad actual composición es la que arroja más complejidad en la historia del parlamentarismo español”, explicó Chueca. A efectos prácticos, y frente a una media histórica de entre 3 y 2 bloques, la actual es de cinco bloques, de donde hacen falta tres para la mayoría, algo inédito y que de algún modo justifica las enormes dificultades habidas para alcanzar la gobernabilidad.

Interesante también el análisis de voto útil. Y como en las provincias con solo tres diputados, como es el caso de Segovia, es cierto que tienen una sobrerepresentación, pero también que entre un 20 y un 40% del voto no obtiene representación. Porcentaje que baja en las demarcaciones de siete y es apenas perceptible en las grandes ciudades. La moraleja es que si se cambia el sistema, que los tres ponentes defendieron, alguien sale siempre perdiendo. En una única serían los partidos más focalizados en algún territorio (los nacionalistas, por ejemplo, pero no solo los nacionalistas) los más perjudicados. En un sistema por distrito, tipo todo o nada, una gran parte de los votos iría a la papelera. “No es tan sencillo”, coincidían los ponentes.