Posted By Fernando Sanjosé on 4, Feb, 2017

Me pasa a veces cuando veo un partido grabado de mi equipo: sé cual es el resultado final pero incluso así espero que algo cambie en la grabación y mi atlético acabe ganando. Pues en el pleno del Ayuntamiento lo mismo. Los de PP y Centrados en Segovia argumentaron tan clara y sosegadamente su propuesta a María José García para que votara en contra de los presupuestos y provocara que se hiciera un nuevo documento consensuado entre los grupos que me llegaron a hacer pensar que la de Centrados diría “pues vale” y cambiaría las previsiones…

Qué va. 12 votos del PSOE a favor, 11 votos en contra de la suma de PP, Centrados en Segovia e IU y la abstención vinculada al acuerdo firmado con el Gobierno de las dos concejalas de C’s han dado este 3 de febrero aprobación al presupuesto general del Ayuntamiento —antes se habían aprobado los expedientes relativos a Personal— por una cifra global de 69.379.280 euros, “el mejor posible en este momento y circunstancias”, de acuerdo con el discurso pronunciado por la alcaldesa, Clara Luquero durante diez minutos clavados.

Nada nuevo que no haya usted leído o escuchado en sus declaraciones de los últimos días en los medios de comunicación aunque por si acaso ahí le dejo el texto completo para que se lo lea si quiere, que la alcaldesa volvió a dejar claro —ya es reiterativo— que no hay que creerse todo lo que diga ante los periodistas y que una frase solemne suya entrecomillada en prensa puede que encierre matices.

Luquero hace una consuta a la secretaria durante el pleno.

Se lo cuento. El portavoz de IU ya se había quejado por sentirse coaccionado y el de Centrados en Segovia, Cosme Aranguren, lo primero que hizo fue pedir explicaciones a la alcaldesa por la especie esa que ha estado difundiendo sobre que el juez, poco menos que vendría a buscar a los concejales que votaran no. “Parece mentira que estemos debatiendo en el pleno algo que decimos en los medios”, se escandalizó la regidora mientras rebajaba lo dicho y trataba de escabullirse de la reiterada petición de aclaración jurídica del asunto y en el acto. “Qué no, que no entres a eso”, se oía de fondo a Reguera en medio del rifirrafe.

Grada de público en el salón municipal de plenos.

Pese a todo, en general fue un debate sosegado, que es de agradecer, lo que no quiere decir que no hubiera más de un mandoble en varias direcciones, que también lo esperaba la parroquia (lo mismo había 11 personas incluyendo al guardia) y sobre todo, muchas reafirmaciones: Ángel Galindo como “rojo puro”; Alfonso Reguera como el más “progresista” del lugar; Raquel Fernández como “defensora” del debate de alta política; María José García, de paladín del interés general y Aranguren, orgulloso de que UPyD destapara hace cinco años el caso Caja Segovia en el día en el que se conoció que la Audiencia ha decidido reabrir el caso. “Este muerto está muy vivo”, advirtió a Reguera que días antes había declarado finiquitado el recorrido político de su grupo.

Aunque la idea es de el compañero, David Aso, la cojo para mi y al portavoz de IU le voy a dar el título de MVP (Jugador más valioso). De hecho, las cuatro palmadas que se oyeron en toda la mañana fueron para él. Sin una sola estridencia, Galindo zarandeó a María José García por lo vacuo del pacto que ha firmado con el PSOE; criticó a los socialistas por apartarse de la senda de la izquierda en sus políticas y alertó de que el PP está muy cercano en sus criterios municipales al propio Gobierno. Pero sobre todo defendió con firmeza sus principios: “No hay interés de bloquear nada en el voto en contra. Defendemos unas ideas y unos valores, somos fieles a lo que pensamos y si desaparecemos, desaparecemos y si subimos, subimos”.

Remató otra vez con Reguera: “Claro que este es el voto de Peñalosa [al que el socialista demonizó en los días previos], el de todo IU”, proclamó antes de defender al que ha sido “uno de los mejores concejales que ha pasado por la casa al que estoy orgulloso de haber cogido su relevo con bastante vértigo para mi” y sacar a pasear la mano: “¿Puede decir usted que está orgulloso de suceder a Giráldez como portavoz, o de tomar el relevo de Arahuetes cuando están renegando todos los días de él?”, inquirió a Reguera, que cabeceaba en su escaño.

Si, si. También hubo esperpento. Ahí va: Fernández, la portavoz del PP andaba sacando los colores del pacto en el que Ciudadanos había firmado en contra de sus propias mociones con el asunto de la potabilizadora, o escasos en lo de suprimir barreras arquitectónicas en los parques infantiles y no en toda la ciudad, y los de los socialistas porque “mendigaran” un apoyo a sus cuentas, cuando el discurso le llevó a soltar que “al final ha conseguido llevarse al huerto a la señora García”.

Para qué más. No había acabado la frase y Luquero ya estaba llamando la atención mientras Reguera hacía aspavientos y esperaba a su turno para reclamar, muy ofendido, que “se comunique a los grupos de defensa de las mujeres la intervención de Fernández, absolutamente sexista”, que ya, claro, animó el “mujerismo” de García “ofendida como mujer por una afirmación de algo tan grave”.

En la bancada de periodistas esta vez fue Marivi Domínguez la más rápida en consultar a la RAE, que define la primera acepción de “llevarse al huerto a alguien” como “Lograr convencerlo”. Luego ya está lo de “Seducirlo sexualmente”, pero como segundo significado, para los que tengan la mente más alargada o con más recovecos. La forzadísima situación se volvió cómica cuando, acto seguido, Aranguren se dirigía a la de Ciudadanos como “señora Reguera” por culpa de un inoportuno lapsus. Tras identificarla bien le dijo, condescendiente, que la habían engañado con el pacto, “como quitarle un caramelo a un niño”.

Hacía rato que los presupuestos habían pasado a segundo plano —es o malo de destripar el debate en ruedas de prensa previas— que ahí ya andaban unos y otros desvelando interioridades de las negociaciones de estos días, todo de alto nivel: que si “no pactamos con Centrados en Segovia porque Aranguren me ofreció el voto de IU. Ángel, va en serio”, de parte de Reguera; que si la alcaldesa “muy angustiada me llamó hace una semana para pedirme la abstención”, que desveló Aranguren… Galindo, ya le digo, el MVP, volvió a poner orden pidiendo debate político y propuestas de ideas.

Ah, si. En el pleno estaba la portavoz de Ciudadanos, que además de ser blanco de todos, tuvo tiempo de decir que no le gustan los presupuestos aunque rechazarlos “sería mucho peor” y por eso se abstenía y defendió su acuerdo con el PSOE como “un ejercicio de responsabilidad política” al que ha llegado tras “muchas horas de trabajo”. “Dejen que cada grupo trabaje por Segovia como crea conveniente”, reclamó.

No era ni mediodía cuando estaba liquidado el asunto y los grupos, muy ordenados descansaban en torno a un café, cada uno en un bar de la plaza en el que comentar las mejores jugadas y quizá ir pensando en el próximo pleno en el que la minoría del PSOE necesite el apoyo de alguien de la oposición.

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