free web stats

Demasiadas horas de digestión

Santamaría besa al hostelero, José María Ruiz, observada por el presidente Rajoy.

Seguro que a usted le ha pasado eso de terminar una jornada de duro trabajo y ha soltado a sus compañeros eso de “Yo me comía un cochinillo ahora en Segovia”. Pues ese mismo debió de ser el proceso que siguieron el presidente y la vicepresidenta del Gobierno tras el último Consejo de Ministros, cuando decidieron venirse con siete colaboradores directos al restaurante José María donde estuvieron ¡cuatro horas! Ya sabe: es el cochinillo el que elige el presidente y es el presidente el que quiere que sean los cochinillos el presidente. O algo así se debió oír en los brindis.

Será que se hincharon del volcán de chocolate que prepara el hostelero aunque no tengo ni idea que Ruiz Benito es muy discreto para estas cosas y no hay forma de sacarle siquiera si trasegaron mucho o poco vino del Pago de Carrovejas o si hubo copas. Lo que sí se es que los del equipo del Rajoy y Saénz de Santamaría preguntaron si había puerta trasera para marcharse con discreción aunque al final salieron por la principal dándose el correspondiente baño de masas en plena calle de Cronista Lecea.

Y eso que querían que la cosa quedara en privado, que en la Alcaldía dicen que nadie les avisó, siquiera por cortesía, de la visita de la cúpula del Gobierno y tampoco debían saber nada en la dirección del PP de Segovia, a los que tampoco se llamó ni para invitarles a un café, ni siquiera al secretario regional del partido, Francisco Vázquez, en cuya agenda puede comprobarse que no estaba programado ver a Rajoy ese día.

El presidente de la Diputación ha decidido hacer pública su actividad para que se vea en qué gasta el tiempo y así sabemos cuando felicita los cumpleaños, cuando le vencen los seguros o cuando se hace los chequeos médicos, información sin duda muy necesaria para los segovianos que además corren el riesgo de conocer también la agenda de los socialistas José Luis Aceves y Alberto Serna, a los que el popular ha retado a que la enseñen en público como ha hecho él. Sigo hablando de las agendas.

La verdad, no sé si quiero saberlo que luego te enteras de cosas como que hay diputados liberados parcialmente, como el de Centrados en Segovia, Juan Ángel Ruiz, que se está especializado en la medicina china y anda por ahí poniendo agujas al personal mientras practica lo aprendido. Pues le voy a preguntar a ver si me quita el dolor este de las lumbares que me tiene loco. ¿Ve? A este si le quiero ver yo en la consulta con el kimono puesto. (Mi mente, que es un laberinto).

Hombre, si es por estudiosos, ahí tiene al procurador socialista, José Luis Aceves y al senador popular, Juan Carlos Álvarez, que me han dicho que andan enfrascados en sus estudios de la carrera de Derecho, que uno nunca sabe como acaba esto de la política… Prometo hacerme con la orla correspondiente y enseñársela cuando llegue el momento.

Papeles de Suárez en el Museo provincial.

Eso de la trasparencia es un invento moderno, que ha habido que esperar medio siglo para constatar que Adolfo Suárez cobraba una pasta de la época, 45.000 pesetas al mes, por el cargo de gobernador civil que desempeñó en Segovia durante poco más de un año en el que le dio tiempo a conocer a Juan Carlos I, por supuesto, alrededor de un cochinillo, este en Cándido. Puede ver los documentos en el Museo provincial.

Lo que no me gustó nada ver fue el ataúd ese que dejaron tirado junto a unos contenedores en Ochoa Ondátegui, una gracieta que recorrió el mundo gracias a las redes sociales y que quedó desvelada en pocos minutos tras sagaz investigación de acueducto2.com que encontró a los “tirones”, los responsables del bar Hook que usan estos enseres para sus fiestas. ¿Y a mi que estas cosas me dan cosa? Debe ser la edad. ¡Ay, hijo, el año que viene puede que ya falte!

La foto que causó el revuelo en redes.

Si, era fácil hacer la broma, que el asunto pilló en plena “crisis de la nevada” —si, amigo, en Segovia nieva. Debe ser el cambio climático, que no ha ocurrido nunca antes— y algunos pensaron que el féretro era un servicio municipal más para los que se quedaran atascados en la calle y no pudieran llegar a casa ni para morirse, que la ciudad fue un caos durante cuatro días en los que desde el Consistorio dicen que hacían “lo que podemos”, aunque en aquella ocasión a nadie se le ocurrió poner camiones con pala cargados de sal apostados en puntos estratégicos como sí se ha hecho este fin de semana en el que no ha cuajado un solo copo… Con lo preparados que estaban todos esta vez. ¡Cachis! A ver si se pueden lucir el próximo finde, que anuncian otra nevadita.

A ver, imágenes bonitas que he visto estos días. Por ejemplo esa reunión entre el delegado territorial de la Junta, Javier López Escobar, con la ejecutiva de la asociación de vecinos de Nueva Segovia. ¡Chico, qué alegría, qué satisfacción mutua! Y eso que vamos por el pliego para adjudicar el proyecto básico del centro, casi el punto cero del largo proceso administrativo. No te queda “na”, que diría el castizo.

También es largo como una pesada digestión de boa constrictor lo del Cat pero dice el concejal del área, José Bayón, que si les pilla con ello acabado ahora ya lo tenían en marcha, que ese es un caramelito para las empresas y universidades (aunque casi ninguna, ciegas que son, se ha dado cuenta aún). De momento, tres millones más de inversión municipal hasta 2019 y luego ya veremos… ¡Vamos como un tiro!

¡Caramba! Acaba de sonarme el whatsapp y no me atrevo a mirarlo no sean mis jefes que el alcalde de Aguilafuente, Jesús Ballesteros, utiliza ese soporte para cesar a su mano derecha, la concejala Raquel Alonso… Que quiere que le diga, al tercer comunicado de contrarréplica a la réplica perdí el interés que en las cosas internas de los pueblos, o conoces tres generaciones familiares, o te pierdes.

Me ha sonado a un reparto de poder poco claro para las partes implicadas pero no me haga mucho caso que yo soy músico y me acuesto a las ocho después de una cenita ligera para no tener pesadillas.

El repostero del balcón Consistorial, secándose tras la nevada.

Author: Justo Verdugo

Justo Verdugo, segoviano de cierta edad es un observador de su entorno y un ávido consumidor de las noticias que se publican en cualquier soporte y lugar. Con periodicidad semanal, el autor resume sus conclusiones en esta sección, en la que todos los ciudadanos están invitados a opinar a través de sus comentarios.

Share This Post On

1 Comment

  1. Muy bueno como siempre pero no se si sera que en estas fiestas ha tirado de humor y por eso anda justo y le ha faltado un poco más de sátira a la que nos tiene acostumbrados

    Post a Reply

Submit a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *