Los números son tozudos. Sigue la sangría del empleo en Segovia. Según los datos de la EPA del primer trimestre de 2016, en Segovia la población ocupada ha pasado de 65.000 trabajadores a 64.300, con lo cual son ya cuatro trimestres consecutivos en los que la economía provincial destruye empleo. Respecto al año anterior, se han perdido 2.300 empleos, Peor, consultando la tabla se percibe que desde el tercer trimestre de 2008, que marca el récord de la población provincial ocupada y cifrado en 75.700 trabajadores, la provincia de Segovia ha perdido la friolera de 11.400 empleos.
Como se ve, en 2008 se inició una abrupta caída del mercado laboral, en poco menos de seis meses Segovia perdió 8.000 empleos. En 2010 la parada se detuvo hasta el tercer trimestre de ese año, que empieza una nueva y más profunda fase de destrucción del empleo que se prolonga hasta el primer trimestre de 2013, en que se llega al punto más bajo, por debajo de los 62.000 empleados. Se inicia entonces un sostenida recuperación, que más o menos se prolonga hasta el segundo trimestre de 2015, periodo en el que la gráfica vuelve a bajar hasta el punto en que nos hallamos hoy: no hay creación de empleo, solo un ciclo de subidas y bajadas.
El paro, a peor
Lógicamente, la tasa de paro también sube. Según explicaba la Federación Empresarial Segoviana en una nota de prensa, la tasa de paro subió en los últimos tres meses de 2015 un 2,30%, y en los tres primeros de 2016 lo ha hecho un 1,33% hasta alcanzar el 17,28%, cada vez más cerca de la media regional que se sitúa en el 18,33%. El número total de parados, según la EPA, alcanza los 13.400, con un incremento de 1.200 nuevos parados respecto al trimestre anterior, y una variación del 9,84%, la tercera mayor subida de toda la Comunidad Autónoma. Con estas cifras, los datos interanuales reflejan que la provincia de Segovia tiene 700 desempleados más que hace un año, un 5,51%, mientras que en las medias regional y nacional los datos apuntan a descensos del desempleo de entre el 10 y el 12%.
Datos “francamente negativos y preocupantes”, según la FES, para la cual “es necesario continuar profundizando en reformas estructurales que impulsen la actividad económica, mejoren el marco regulatorio e introduzcan una mayor flexibilidad, para así aumentar la competitividad de nuestra economía, sentando así las bases para que las empresas generen empleo de forma sostenida”.
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