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Cuéllar: entre la consternación y la fiesta

recortesCrespón negro en el balcón del ayuntamiento de Cuéllar, banderas a media asta. Minuto de silencio en la plaza de toros, donde al duelo se sumó la tormenta, suspendiendo el concurso de recortes en el tercer novillo, uno de los cinco de la ganadería Blázquez y Rein que esta mañana, en el primero de los cinco encierros de las fiestas, ha desatado la tragedia. “Hemos dado el pésame a la familia y nos hemos puesto a su disposición para acelerar los trámites y poder devolver el cuerpo a Rentería cuanto antes, que es el deseo de los suyos. Estamos consternados”, explicaba el alcalde de la villa, Jesús García.

“La zona del embudo es la más peligrosa del encierro. Aquí los toros conducidos por los caballistas entran en el recorrido urbano y es la vista más característica de nuestros encierros, pues puedes ver a los caballistas entrando la manada y como empieza el recorrido urbano”, explica un veterano. En los días de más apogeo, en esta zona habrá 2.000 o 3.000 personas. El terreno forma un pequeño desfiladero, por abajo van los toros y por arriba se acumula el personal. “No se puede estar ahí, nosotros, a través de Protección Civil y de la megafonía y de todos los medios a nuestro alcance, avisamos de que no hay protección en esta zona. Pero no se pueden poner puertas al campo. Mientras los encierros sean a caballo pasarán por ahí y no hay forma de cerrar el campo”, se justifica el alcalde.

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El embudo, a la izquierda se ven las estacas, que no talanqueras, donde algunos buscan un falso refugio.

En el embudo es donde tradicionalmente se han producido los incidentes más graves, aunque cornadas mortales ha habido muy pocas en los encierros más antiguos de España. La penúltima que se recuerda en 1982, pero fue en el recorrido urbano. Normalmente los espectadores ubicados en las mesetas, sobre el desfiladero, no tienen problemas, salvo cuando algún toro se desvía y sube las cuestas tratando de escapar. Aún así, los coches y 4×4 son un seguro para la gente. Peor es abajo. “Ahí sí que no hay defensa posible, las estacas que hay no son talanqueras, son para marcar el itinerario, no son protecciones. Aún así siempre se pone gente ahí”, explica el veterano. No solo se pone gente, también abuelos con niños, como puede verse en el vídeo con la dramática cogida de ayer. “Hay que apelar a la conciencia de la gente. Los toros son peligrosos, siempre. Están encastados para embestir, y la única protección real es estar tras las talanqueras, y siempre sin apretones de gente, que te puedas apartar si el toro embiste”.

JMRB, de 66 años, un vecino de Rentería con orígenes en la Tierra de Pinares y que acostumbraba a pasar sus vacaciones en Cuéllar visitando familiares e imbuyéndose en el ambiente de las fiestas, se metió en el sitio equivocado. La polvareda levantada por los novillos, y sobre todo, los centenares de caballistas, genera siempre caos y confusión. Ese parece haber sido el caso. La manada venía dividida, con dos novillos descolgados por detrás. Cuando cruzó el primer contingente, con la visibilidad escasa, algunos pensaron que el peligro había pasado. Así embistió el novillo a JRMB. Una única cornada en el tórax. En las imágenes se aprecia como el novillo no se ensaña. Simplemente topa con JMRB cuyo cuerpo rueda unos metros. Luego la res sigue su camino. Lo que parece un encontronazo deviene tragedia. El cuerpo del empitonado queda inerte. Rápidamente, mozos y espectadores se lo llevan al servicio sanitario. Nada que hacer, cornada limpia en el corazón.

En cosa de minutos el rumor se expandió por la Villa. Como macabro testimonio, el pitón ensangrentado de la res paseándose por las calles del encierro.

Cosas que pasan en los encierros. La fiesta debe continuar. Hoy lunes hay corrida de rejones, el encierro empezará puntualmente a las 9:30 horas. Y volverá a acumularse gente en el embudo, y volverán a aparecer corredores jugándose el tipo por una tradición ancestral. Por la fascinación del peligro cerniéndose a 30 por hora y tocado con dos afilados cuchillos, la adrenalina subiendo por la garganta. Nadie les obliga, saben que el riesgo cero es una mentira. Ese es el sentido de la fiesta. JMRB lo sabía. Los demás celebraremos que, al menos para nosotros, la vida sigue.

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Author: Redacción

Acueducto2. Noticias y actualidad de Segovia.

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1 Comment

  1. En primer lugar, el pésame por la desgracia. Ahora una matización, después de ver en la tv de CyL la retrasmisión del denominado ‘encierro’, tengo pena. Pena por ser el ‘Encierro más antiguo de España’ y ver lo que denominamos encierro. Toros descarriados de a uno, como en cualquier pueblecito que tiene ganas de marear a una vaquilla. Personajes que citan al toro por detrás o desde la talanquera, al lado mismo de la cámara de tv, para entretener al astado y, al parecer, divertirse un rato. Ahí está el peligro, y no sólo para él, sino para corredores y demás espectadores. Encierro, encierro o más bien desencierro a ver cómo estamos el más tiempo posible haciendo el gamba, que diría mi abuelo. Una pena.

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