Mientras esperábamos la decisión oficial especulaba con otros amigos sobre los cambios que el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, decidiría para tapar los huecos dejados por la dimisionaria Rosa Valdeón —“una pulguita y dos cañas” y una tasa de 0,72 tienen la culpa— y claro, salía el tono jocoso del personal, que la última vez que el burgalés revolucionó con cambios serios su Gabinete fue para quitarse los últimos restos de herencia que le había dejado Juan José Lucas —los aguantó un par de años, hasta que ganó sus primeras elecciones— y eso debía ser muy a principios de siglo. Desde entonces, los Gobiernos de Herrera son, básicamente, variaciones sobre el mismo tema.
Dicho y hecho. Nada de nombres nuevos y recolocación rápida de los allegados: el consejero de Presidencia, José Antonio de Santiago Juárez, ocupará la vicepresidencia del Gobierno regional; la consejera de Agricultura, Milagros Marcos se queda la plaza de portavoz del Gobierno y el portavoz del grupo popular, Carlos Fernández Carriedo, ya es consejero de Empleo.
El nuevo vicepresidente de la Junta, Juan Antonio de Santiago Juárez.
A ese núcleo duro en torno a De Santiago Juárez lo llaman el “sector Pica” —por el apodo que desde niño acompaña al flamante vicepresidente— y resulta que ha adquirido mayor fuerza y peso específico en el Gobierno pese a la baja de un peso pesado de sus filas. Y crisis zanjada.
Bueno, no del todo, que hay quien puede estar a estas horas haciendo cuentas. El procurador segoviano, Juan José Sanz Vitorio, actualmente viceportavoz del grupo popular contempla como las nuevas atribuciones de Fernández Carriedo dejarán, con toda probabilidad, vacante el puesto de portavoz al que quizá aspire, teniendo en cuenta la tendencia a dejar que corra el escalafón que aplica Herrera a estas cosas.
Me cuentan que en una reunión de partido, Sanz Vitorio se deshizo en elogios hacia Rosa Valdeón —la última vez que los vi juntos comían en Sepúlveda tras el entierro del torero, Víctor Barrio— y relató con satisfacción escasamente disimulada los nuevos nombramientos en la Junta. No hubo aplausos, ni comentarios, ni nuevos discursos tras sus palabras.
Clemente y Sanz Vitorio, durante la campaña electoral de 2015, con Herrera y De Guindos al fondo.
La otra representante segoviana, la presidenta de las Cortes regionales, Silvia Clemente, probablemente esté menos satisfecha por la nueva situación, que ya se sabe que no es ni mucho menos cercana al “clan Pica” (déjeme que siga usando el nombre de grupo) ni como colectivo de poder, ni en el plano de las relaciones individuales.
Famosos y conocidos han sido sus enfrentamientos, muchos de ellos en sede parlamentaria y desde el primer pleno, en marzo, con el mismísimo de Santiago Juárez, al que en la sesión de mayo le retiró (otra vez) la palabra tras una buena bronca durante un debate y ambos remataron la exhibición de miradas retadoras cruzándose inquietantes advertencias de las de “cuidado conmigo”, “no cuidado tu”, que registraron los micrófonos y todavía resuenan, ahora con más fuerza si cabe.
Eso por no hacer referencia a las excelentes y nada disimuladas malas relaciones que la segoviana mantiene con su sucesora al frente de Agricultura y desde esta mañana, portavoz del Gobierno, Milagros Marcos. No hay que perderse las próximas sesiones, hágame caso, que no es lo más habitual en los parlamentos que las tensiones se produzcan entre la presidencia y el grupo de su propio partido.
Bajando las alturas de los círculos de poder, pues queda el detalle de que el delegado territorial de la Junta, Javier López Escobar, ve como esta crisis le ha hecho cambiar de la noche a la mañana de jefe directo, que las atribuciones que ejercía Valdeón en la coordinación de las delegaciones territoriales —donde mantenía una “calma chicha” muy tranquilizadora para los representantes provinciales— se las queda también De Santiago Juárez, que todavía no ha dicho nada sobre sus propios planes en esta responsabilidad.
13 septiembre, 2016
Lo bueno que tiene hacer estas crónicas políticas castellano-y-leonesas (por no hablar del resto del Estado) es que no se tienen que aprender ustedes nuevos curriculos de personajes, son los mismos desde don Pelayo.