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¿Cómo llamar a Fernández Ladreda?

ferladredaEn la facultad de publicidad, de la que me honro en ser profesor, dedicamos mucho tiempo al “naming”, al bautismo de cosas con vistas a su comercialización. Evidentemente, en los nombres de las calles intervienen otros factores, que si homonajear a un personaje especialmente querido, que si antecedentes históricos… Pero creo que no es malo, en lo posible, recordar que los nombres deben ser operativos, nemotécnicos y que sirvan a los fines para los que ponemos: facilitar la localización urbana de la dicha calle, una empresa, un piso, etc… En suma, para no perdernos.

Claro que muchos de ustedes, segovianos de pro, no tienen problemas en identificar tal casa, “como la roja que está encima del Manolín”. O donde la “caja del Paseo Nuevo”. Pero piensen un poco en los que somos segovianos putativos, en los de pueblo, en lo difícil que es encontrar en Google “la plaza de las sirenas” o “la calle real 39”. Por no decir los segovianos, que directamente, se inventan la calle y el número… “la calle de los gitanos”, en Nueva Segovia… Y búscate la vida…

Avenida Fernández Ladreda es un nombre disfuncional. Largo y poco operativo. Además, por lo poco que sé, la idea de bautizarla así huele a algún pelota de la época deseoso de hacer algún business con el ministro de obras públicas. Es impresentable.

Avenida San Millán, San Clemente (como se llamaba antes, parece ser) o, si son alérgicos a la santidad, Clamores. Nombres cortitos, fáciles de recordar y apegados a la toponomía. Acueducto, como se ha propuesto, no me termina de convencer. Demasiada confusión con un nombre suprautilizado, pero bueno, mejor que Fernández Ladreda sí es.

Los vecinos que dicen que el cambio conllevará gastos. Me parece que esto es bastante mítico… Correos mantiene muchos años el nombre viejo a efectos válidos. De manera que una tienda puede tranquilamente agotar sus efectos de papelería sin excesivo problema. De paso, modernizar un poco el grafismo de tarjetas y sellos, que no viene mal. A no ser que sea la discoteca Ladreda 25, que desconozco si se llama aún así… Pero bueno, da igual, yo el nombre lo dejaba, Ladreda 25. Mola.

Fernández Ladreda… Piensen los vecinos lo que ahorran en tinta. ¿No están hartos de agotar el casillero con un nombre tan infuncional? Clientes que se han confudido con Fernández Jiménez. Mejor cambiarla.

En lo que toca a calles históricas, rebautizadas por el régimen precedente a modo de identidad corporativa, lo suyo es volver a los nombres viejos. Y para quienes repugnan los santos, que recuerden que, bueno, las calles toman el nombre de las parroquias, y en la época, los pobres curas no tenían magín para nombrar sus templos tal que parroquia Everest, iglesia de Dakota, de donde tiraban del calendario.

No tengo tan claro yo si los barrios nuevos, que en el caso de San José van cargados del imaginario falangista, deben cambiarse. Históricamente, lo suyo es conservarlos, y así nos hacemos la idea de un tiempo y de una época. Por otro lado, imaginen que el día de mañana los segovianos cambian de tercio y se ponen a rebautizar las calles a su gusto y antojo. Calle Microsoft, Calle Yihad, yo qué sé, lo que toque según quién mande. Pillar un barrio y cambiarlo porque los nombres son, hoy, políticamente incorrectos, no parece lo más sensato. ¿Mañana nos despertamos republicanos y tratamos de camuflar nuestro pasado cambiando la Juan Carlos I, Juan de Borbón y similares…? Quizá…

Author: Luis Besa

Luis Besa. Periodista,

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3 Comments

  1. Efectivamente en Segovia y en estos momentos no hay otros problemas más acuciantes que la consulta y la discusión sobre el cambio de denominación de vías publicas. Es urgente.

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  2. Nunca será buen momento para gente como “Ceten segoviano”. Si las cosas van mal, no toca. Si van bien, tampoco.

    Lo mismo pasa con la monarquía. Si la situación está bien, ¿Para qué debatir si la queremos o no? Si van mal, ahora no es el momento.

    Según avanza estrechamiento del debate público ¿De qué asuntos que afecten a las competencias del ayuntamiento podemos exclusivamente hablar, vecinos de Segovia?

    El que veamos como un mal menor el que el callejero esté plagado de nombres de fascistas y militarotes golpistas, es el síntoma de lo enferma que está la ciudad. Siendo el caso de Segovia grave, el del municipio de Cantalejo es gravísimo. Dar una vuelta por ese pueblo es estar esperando a que aparezcan falangistas con sus banderas por cualquier esquina.

    Que cambien los nombres de una vez y que podamos pasar a otra cosa, que ya bastante están durando. Segovia estará, esta vez de verdad, limpia y guapa.

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  3. La verdad es que es importantísimo lo del nombre de las calles, no me extraña que sea motivo de sesudos debates de nuestros próceres gobernantes. El otro día paseabamos, camino de la Gimnastica que jugaba contra el lider y nos ganó, por la avenida del Marqués de Lozoya y nos preguntamos ¿Habrá que cambiar también este nombre? ¿quién o quienes son los que tienen la varita mágica de los buenos y los malos nombres? Pensamos que si había que votar y si a una la van a poner ‘p’al Acueducto’, porque dicen que va para allí, esta podría llamarse ‘p’al balompié’. Al final discutimos, claro, por una duda ¿Cuándo vamos en dirección contraria como la llamamos? Al fin y al cabo se numeran desde la plaza Mayor hacia el extraradio y por esa regla de tres Fernández Ladreda tendría que llamarse ‘p’a San Millán’. Si no fuera por Charlie Hebdo y otros semanarios esto sería invivible.

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