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Cartelera Segovia: Jason Bourne y Buscando a Dory

JasonBourneDe las 12 películas en cartelera a día de hoy en Segovia, 7 películas 7 son o secuelas o remakes, magnífico barómetro del “creativo” e “innovador” momento que vive el cine mainstream. Diríase que Hollywood -y Europa, ahí tienen la segunda parte de Zipi y Zape– ya solo apuesta sobre seguro. Películas que han funcionado, con algún protagonista de tirón y un guión que salve los muebles, con tal de que no recurra a algún deux ex machina tipo universo paralelo o máquina del tiemp o “todo fue un sueño”, pasa.

A sus cuarenta y seis años -en alguna precuela se dice que nació en 1970, lo he visto en la tele- el ya que cada vez menos amnésico exagente de la CIA Jason Bourne se embarca en una quinta entrega de sus aventuras. Con un poco de buena voluntad, y si a uno le gustan las persecuciones trepidantes con mucha faena para las compañía aseguradoras, la película cumple. Pero hasta ahí.

Esta vez Bourne, perfectamente encarnado por Mat Dillon, que también entra en la producción del refrito, y dirigido nuevamente por Greengrass, artífice de las tres primeras entregas (las buenas), sale a colación cuando un grupo de hackers que trabajan para un émulo de Google, pinchan archivos de la CIA en el que se desvela buena parte del pasado del aún confuso ex-agente. Han pasado doce años desde que él solito desmantelara Treadstone y siete desde que hiciera lo propio con Blackbriad pero se vuelve a liar. Lo bueno de la película son las escenas iniciales, en Islandia y Atenas, donde reaparece la maestría de Greengrass para rodar persecuciones  en contextos imposibles (esta vez es una manifestación de Syriza, parcialmente rodada en Canarias). Lo malo es que siempre se escapa igual, se pierde por la periferia y reaparece en Berlín, o Las Vegas.

Ya digo que la película no está mal, pero en este tiempo Jason ha perdido ese halo existencial y también esa aura de joven aparentemente desvalido pero que, cuando menos te lo esperas, te mete una grapadora en el pancreas. No hay tampoco tensión romántica y por el contrario, sí abundantes agujeros de verosimilitud, como si Bourne jugase a ser Bond pero sin jugar la baza del todo.

DoryBuscando a Dory

Y algo parecido puede decirse de Buscando a Dory. En realidad sería una película perfecta, sino fuera que tiene la misma trama que Buscando a Nemo. Es lo que hay. El pescadito tullido, acompañado ahora de papá, se va a rescatar a la otra desmemoriada, Dory (de donde la amnesia viene a ser el aglutinador común de esta doble entrada), que a su vez quiere encontrar a sus papás. Hay buenos golpes de humor, especialmente en lo tocante al centro de recuperación de especies marinas, y una escenografía de lo más brillante. Recomendable.

Y repito, es lo que hay. Jason Bourne y Buscando a Dory son actualmente la número uno y la número dos en taquilla en todo el mundo civilizado. Los grandes productores se preguntarán, por qué jugársela con cosas nuevas si la gente va a ver lo que ya ha visto, si la gente quiere pagar dos veces por lo mismo. Y ante esta tesitura no hay nada que hacer. Pero nada. A lo más, preguntarse cómo se lo montarán para filmar Titanic II.

Author: Luis Besa

Luis Besa. Periodista,

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