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Cartelera Segovia: Esperando al rey

TomHanksPelícula que no sabes muy bien si es una comedia costumbrista sobre el choque cultural entre un ejecutivo yanqui y la cultura wahabi  de Arabia Saudí (que es el punto de arranque), una crítica a la marginación social de las mujeres en el islam, al islam en general, un publireportaje sobre “la belleza del desierto”, o una fábula con final a lo Mil y una noches, con hurí entregada al valiente Simbad bostoniano. Demasiados altibajos, endeblez argumental…

Pero está Tom Hanks, en uno más de sus solventes trabajos.

Esperando al rey habla de un ejecutivo en horas bajas cuya única esperanza de evitar la ruina es colocar un complejo proyecto tecnológico al rey saudí para un faraónico proyecto en medio del desierto, una suerte de CAT moruno en plena nada. Algo así como La Pesca del Salmón en Yemen, una comedia costumbrista de choque cultural que tienen como principal virtud trasladarnos a los segovianos de a pie la realidad del mundo, más allá del tontaina exotismo de cartón piedra de los resort turísticos que vemos en las fotos de los colegas.

La película empieza bien. Con una fascinante incursión por la metropolis de Yida y el hipnótico viaje al desangelado macrocomplejo empresarial en obras. Rápidamente, sin embargo, la visión estereotipada occidental se va filtrando en la película; el elemento local se caricaturiza para finalmente desbarrar a partir del fenómeno de las localizaciones a China y ceder todo el peso a Hanks, que es el que realmente salva la película encarnando a un agobiado yanqui que en una edad próxima a la jubilación debe enfrentarse a una misión imposible. En particular hay un plano de Hanks que me fascinó. El tipo entra en la tienda en la que trabaja su delegación, un sitio sin futuro. En apenas unos segundos el rostro de Hanks pasa de la desesperación más absoluta al más fingido entusiasmo empresarial yanqui de “no conocemos la rendición”. Brillante.

A partir de ahí la película entra en una bifurcación. O bien se adentra en la compleja sociedad wahabi, con su jerarquía inflexible, su segregación y también su anhelo de pureza respecto a la libertina y materialista vida occidental, o su condición de garante de los lugares santos, o bien te vas a una historia sentimental del todo increíble en un país en el que el adulterio está penado con la M’sur, la pena de muerte (solo pasa en Arabia, Sudán e Irán, amén de los territorios administrados por el DAES). Entra en una bifurcación pero Esperando al rey se queda en el medio.

Author: Luis Besa

Luis Besa. Periodista,

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