¿Cómo devorar cuarto y mitad de langostinos, medio kilo de asado, más la sopa de la abuela, más tronco navideño, turrones y uvas (a toda castaña), todo lo cual entre litro y medio de vinos, licores y menjunjes que los cuñados se empeñan en ofrecer? Pues con mucha hambre acumulada. Para lo cual, nada mejor que lanzarse al adoquín de Segovia presto a completar los cinco kilómetros de resbalones, empujones, y selfies (porque la peña va haciéndose selfies) de la Carrera de Fin de Año de Segovia. Y para más mérito, travestido con un tutú de bailarina, que no molesta ni nada, o de, perdidos al río, de aguedera con refajo. ¿Se puede complicar aún más? Pues sí, con el resbaladizo pavimento bien mojado de la calle Real Abajo en medio de una turbamulta, que más de uno acabó la cuesta con las lorzas por el suelo.
No fue el caso del ganador de la presente edición, Santiago Llorente Mangas, del Venta Magullo y con 15:28, fue el primero en entrar, a tres segundos de Mohamed Aloumat, del mismo club, y de Mario Calvo (15:35). La primera mujer fue la segoviana Agueda Muñoz, del Playas Castellón (18:19), con la incombustible Marta Vírseda segunda.
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