Me desperté entre taquicardias y empapado en sudor, sobresaltado e intentando retener el sueño que había tenido, pero enseguida se me olvidó y sólo me quedaron retazos. Creo que era uno de esos surrealistas porque me suena que estaba leyendo titulares muy gordos que decían algo así como que el presupuesto de la Junta estaba lleno de actuaciones para la provincia de Segovia cifradas en cientos de millones. ¡Ya ve! Pero si todo el mundo sabe que en las cuentas regionales los segovianos no pintamos nada y cuando aparecemos es para reflejar “partidas testimoniales” que en realidad no anuncian nada más que otra prórroga. ¡Qué raro es el mundo onírico!
En este periódico se explicaba una de las novedades de ese borrador de presupuestos en el que pone que la autopista a Valladolid, A-601, costará el año que viene casi un millón más, Ya sabe que esa carretera se financió con la fórmula de peaje en la sombra, un canon que varía según los coches que pasen… 17 millones para el año que viene y mire que es aburrida la carretera esa, leche.
¡Anda! Me ha dado un ataque de memoria. La autopista de marras se hizo mientras se prometía por un tal Juan José Lucas que todas las capitales de la comunidad estarían unidas por autovía. Pues se olvidaron de conectar Segovia con las capitales vecinas. Qué raro.
Menos mal que en el año 117 si se destinó una partida de las buenas para la ciudad y se construyó el Acueducto —Adriano o Trajano lo mandaron, que seguimos sin poner nombre con seguridad al emperador benefactor— yo creo que sin que la oposición de entonces se quejara demasiado. Les quedó bien la cosa, tanto que 1900 años después se han vuelto a celebrar unas Jornadas donde se ha teorizado de lo lindo, unos ponentes con más seriedad que otros, en torno a la Puente. Por cierto, han llegado los expertos —qué curioso, los mismos que trabajarán con el Ayuntamiento en su mantenimiento— y han dicho que eso de las vibraciones de conciertos y espectáculos no afecta a la estructura para nada. Pues dicho esto ya tenemos escenario fijo para los saraos. Todo una alivio para los programadores. ¿No?
Están contentos en el Ayuntamiento, que este martes van a abrir al público la Casa de la Lectura de la calle Real donde es seguro que formarán legiones de ciudadanos haciendo cola para imbuirse de cultura de la buena entre sus paredes. Oiga, si va por allí, pese a los carteles que vea, no podrá hacer la compra. Lo del “Parque de los libros Carrefour” solo es una brillante —pero muy brillante— idea para que el francés pague los coloridos y plásticos muebles de esa sala destinada a niños. Si usted tiene un negocio y 30.000 euros seguro que puede tener también su propia sala y hasta le prometen publicidad gratis en los medios locales bajo el formato de rueda de prensa con el logo oficial del Ayuntamiento de fondo y la alcaldesa al lado. Pregunte por las condiciones en Cultura que quedan salas sin patrocinar.
Si, porque si se va a preguntar al departamento de Tráfico les va a pillar muy ocupados buscando piezas para los autobuses, que se les han rotos seis de golpe y lo del transporte público el miércoles pasado fue jauja… para los taxistas. No, si cuando el día viene torcido… No se vuelva loco, dice Luquero que hay lo que hay hasta que se renueve el servicio (llevo meses diciéndole que junio de 2018 es la fecha de la inauguración y a ocho meses vista doblo mi apuesta: ahí van 2 euros) y mientras, pues vamos pidiendo las piezas “a Alemania” (o donde sea, pero con calma que se tarda) y ya iremos parcheando.
Hombre, imágenes de antes que me permiten enlazar con el asunto catalán, que esperaba yo el viernes a la aparición en la tele del Molt Honorable Puigdemont para responder a la decisión del Consejo de ministros sobre el 155 y en la tele pública echaban para amenizar la espera la película “Jenaro, el de los 14”, reflejo exacto de la España preconstitucional. Y usted dirá que por qué me fijo en esas bobadas. Pues para no cabrearme, hombre.
Si yo lo que me tengo que fijar es en lo bien que va mi Segovia y eso aquí se mide en turistas. En el Alcázar —aquí las cuentas son fiables que no son las del torno del Centro de visitantes— ya se han batido a estas alturas todos los récord anuales de visitas: 575.111 sumaron el otro día cuando entró una pareja de Moncofa que, ilusionados —se ve en las fotos— se llevaron un diploma. (Bueno, y un poco de susto cuando de repente se vieron rodeados por el personal de la fortaleza).
Pues fíjese, pese a que tenemos el maná turístico resulta que la capital no es el pueblo con mayor renta per capita de la provincia, que esos son los núcleos del entorno. La estadística pone a la ciudad en quinto lugar, con 24.426 euros, casi 400 menos que dos años antes. ¡Qué raro! Con lo bien que va la hostelería. ¡Bah! Estará mal la estadística. Será por dinero y bienestar, no te digo.
No sé si era el bienestar general o qué lo que buscaba ese hombre de 65 años que en su amor por la botánica se había montado en Prádena una plantación “indoor” de 202 plantas de marihuana que el hombre cuidaba con todo su amor…
Si es que uno llega a la jubilación y algo tiene que hacer, hombre. Un día le cuento mis aficiones.
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