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Agua va

El río Valsaín (Eresma).

Sostiene Luis Besa que lo de hablar de pantanos es un poco de circo para el pueblo y que esas construcciones no tienen sentido en nuestros días. Pues para él la perra gorda, que no es cuestión de discutir con el socio, que tengo varios asuntos que sacar adelante en el próximo consejo de administración.

Así que yo a lo mío, que circense o no, es el debate político. Llevaba mucho tiempo sin ver una ofensiva tan orquestada por parte del PP para defender la defensa de una postura concreta, en este caso “seguir estudiando” la posibilidad de embalsar el agua del Ciguiñuela. El mensaje es claro: hay que ir a por una balsa de interés general para mucha población —y sus negocios agrícolas, en el caso de la mayoría de los potenciales beneficiarios— de bajo impacto ecológico y capaz además de guardar agua suficiente para que bebamos miles de segovianos, incluso en el caso de que se hubiera cumplido aquella otra moto que decía que el AVE y las autopistas de pago nos iban a hacer ricos y a duplicar nuestra población en un pis pas.

La ministra, Isabel García Tejerina, durante su visita a Segovia.

Y allí sale la ministra García Tejerina y se lo deja bien clarito y a la cara a la alcaldesa, Clara Luquero; y allá van los parlamentarios nacionales, en grupo, como uno solo, a repetir el manual del perfecto defensor del Ciguiñuela que les entrega, también en mano, la misma representante del Gobierno; y allí va el presidente del partido y de la Diputación, Francisco Vázquez, observado, claro, por la misma gobernante…

Acuérdese: todo esto es en base a la idea de un pantano para 27.000 millones de litros de agua, con una pared de 1,4 kilómetros de largo y una altura máxima de 50,5 metros en las mismísimas puertas de Segovia, que en el argumentario del PP ha incluido a última hora la ventaja de que podría servir para acabar dando agua hasta al Tejo, que no todo va a ser para el acuífero de los Arenales de Medina del Campo. Se le ha puesto precio de 49 millones.

Proyecto de embalse en el río Ciguiñuela sobre el que quiere trabajar el Ministerio.

Claro, visto que se mueven las tropas rivales, los socialistas no se han querido quedar atrás y allá va el diputado y mandatario provincial, Juan Luis Gordo, y vuelve a hacerse fuerte en lo ideal que es la recrecida de Puente Alta —no sé por qué lo llaman así, si el proyecto prevé una pared nueva, un pantano nuevo— que aquí lo que hace falta es una balsa más recoleta que atienda las necesidades de los segovianos y se hace fuerte en el mensaje del miedo, que si lo del Ciguiñuela se rompe un día se lleva por delante a 20.000 habitantes.

Y allá va la alcaldesa, Clara Luquero a repetir el mensaje de los riesgos y vaticinar —es más bien un deseo— que la ciudadanía local acabará levantándose contra el peligroso proyecto y el de que el interés general está muy bien, pero que mire, si los de Medina no tienen agua, que se busquen la vida, que esto es Segovia y sus segovianos.

 

 

Embalse de Puente Alta, en Revenga.

Recuerde: en este caso se trata de hacer una nueva pared que eliminaría la curva de Revenga, capaz de embalsar 6.200 millones de litros a un precio de 62 millones de euros —lo siento, no me creo los cálculos que se hizo en su día en el que se hablaba de mucho menos dinero, que aquel trabajo lo encargó Arahuetes (pagó la ciudad) buscando fortalecer su postura— del que dicen los populares que está lleno de afecciones medioambientales, hasta para el Parque Natural de Guadarrama (al que yo creo que no llega).

Ni que decir tiene que, gastadas por el uso ante los micrófonos y en notas de prensa las ideas fuerza de los dos lados, el debate ha llegado a su cota máxima y ya estamos en la fase de “Mentiroso, engaña ciudadanos, que no sé ni cómo te votan”—“No, mentiroso tu que te lo inventas todo y a ti si que no te va a votar nadie”. La línea habitual de nuestros electos.

Bueno, pues en estas, cuando la alcaldesa y la ministra coinciden en que otras posibilidades de embalsar agua son inexistentes o muy escasas, según una u otra, aparece el proyecto de la “presa de Navalcaz”, una idea de José María Peironcely de los 80 del siglo pasado descartada entonces por el Pontón. Lo que nos faltaba: una tercera vía.

Proyecto del ingeniero Peironcely con cierre en Navalcaz ideado en la década de 1980.

A ver, no ha aparecido de repente. La ha rescatado el ingeniero segoviano, Ignacio Tapias, que el otro día, durante la presentación de la Reserva Fluvial del Alto Eresma a la que acudió la Ministra y su desmesurado séquito de consejeros, secretarios y demás, incluido el presidente de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), José Ignacio Diego, se dedicó a refrescar la memoria de este último y otros más enseñando el mapa de una presa dibujada entre el puente de Valsaín y Mata del Navalcaz, a escasa distancia del Pontón.

“Es la que tiene un cierre más fácil, tiene una afección mínima porque se trata de inundar la garganta en una zona escarpada y una presa de material suelto y sin impacto, le caben unos 6.000 millones de litros y ¡cuesta 20 millones!”, explicaba Tapias a los de la CHD y el Ministerio que decían no tener ni idea de esta idea mientras se guardaban el plano en el bolsillo.

Hombre, si es para dar ingredientes al debate, pues ahí queda esa, cuyos impactos más graves son la inundación de las Pesquerías reales y la presa del Olvido, a la salida de Valsaín y que, casualidades, se mueve en las mismas cotas que la del Ciguiñuela, entre 1.130 y 1.175 metros.

Lo que da de sí el Eresma.

Author: Fernando Sanjosé

Segovia (1967). Periodista.

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1 Comment

  1. Lo que da de sí tener que ‘vender motos’, cada cierto tiempo, para estar en el candelero político… la incultura del uso racional del agua, a más de traerles sin cuidado a unos y otros (que son dos días y hay que vivir y chupar del bote lo más posible), digo, que la incultura hídrica es supina (salvo para el beneficio, pobre beneficio, de pan para hoy y hambre para mañana de cuatro interesados. Viva yo caliente… los que vengan detrás que arreen.

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