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A veces moverse es bueno, a veces no

rajoyinvestiduraAl analizar las elecciones generales del pasado diciembre di por hecho que el panteón de cadáveres políticos patrios acababa de incorporar dos nuevas momias. Rajoy y Sánchez. “En ningún caso volverá Rajoy a la Moncloa”, escribía este “clarividente” juntaletras.

Con 121 diputados, Mariano Rajoy era un cadáver político. Pero ya ven… ¡Resucitó! Después de todo, de Rajoy es la frase que lo define todo: “A veces moverse es bueno y a veces no” (febrero de 2014, en pleno ataque secesionista catalán). Para Rajoy lo mejor empieza ahora.

Tal como lo veo en el Congreso hay tortas a varias bandas. Empecemos por la ERC de Rufián. La jeta más dura de la cámara, mientras su partido manda en Barcelona aliado con una formación tan corrupta que han tenido que cambiar de siglas, tan de derechas que se han vendido la sanidad pública a trozos, mientras todo eso pasa en Barcelona, Rufián se ensaña en Madrid con el PSOE tildándoles de Judas Iscariote (¡él, un vendido a Convergència!). ¿Por qué? Porque en Barcelona está en cuestión el legado de ese otro partido muerto que es la CUP, un legado que precisan ERC y Podemos. Los unos para desatascar el proceso independentista, los otros para quedarse con el monopolio de la izquierda. Así que hay que rufianizar el discurso. Los antiguamente dichos nacionalismos moderados, (PNV y cómo se llame ahora Convergència), parecido: para apuntalar alcaldías y autonomías precisan los votos huérfanos y la pelea por ese caladero es con la nueva izquierda. Podemos lo tiene claro: a muerte contra el PSOE, el único flanco donde puede crecer. De hecho, que en la investidura todas las tortas moradas fueran para el PSOE es  una declaración de principios. Hasta los pobrecitos de Ciudadanos, mohínos en viendo que la corrupción, la Gürtel, no parece pasar factura, parecen abocados a pugnar por ese espacio o a contentarse con ser la rama juvenil del PP.

El PSOE es como un trozo de carne sanguinolenta flotando entre un banco de pirañas. Me imagino a Rajoy untando en orujo la boquilla del puro y repantigándose en la hamaca abrigadito con una manta, presto a presenciar la masacre. Le han dejado virgen todo el espectro centro-conservador del panorama y sus rivales se han ido a pelear a la finca del vecino. Las previsibles movilizaciones de Podemos, los desafíos de Cataluña, las tensiones del PSOE, solo harán que consolidar su peana. Rajoy, el hombre que tiene claro eso tan sensato de que si no tienes dónde ir lo mejor es no moverse de casa.

Ciertamente queda el purgatorio de los presupuestos. Aún sumando al PNV y CC a Rajoy le falta uno. Habrá que administrar los caramelitos, que si un aumento del salario mínimo por aquí, que si el entierro de la Lomce por allá. Y con todo, y bien mirado, ¿qué problema hay con tirar de presupuestos prorrogados? En la cabeza de Rajoy ya se esboza la nueva carambola. Facilitar que la UE intervenga, cerrar el grifo del FLA y dejar a las autonomías tiritando. Otra vez tiene la sartén por el mango. Y si en la finca del vecino la pelea se pone realmente encrespada, siempre quedará el recurso de adelantar las elecciones.

Sobre Rajoy solo se cierne, hoy por hoy, una borrasca en el horizonte. El petróleo sube, la recuperación económica (que no ha sido tal, sino un reparto de la miseria) parece perder fuelle. La desigualdad aumenta y la UE amenaza con partirse. Si la borrasca estalla Rajoy debería saber que la casa que ocupamos tiene el tejado cuajado de goteras.

Author: Luis Besa

Luis Besa. Periodista,

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1 Comment

  1. Yo, por de pronto, ya he visitado la ferretería del barrio a ver cuantos cubos tenían 😉

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